Música por favor. La llegada de los Beatles a Estados Unidos (I), por José Rodríguez Millán
En el mundo del espectáculo, sólo
se triunfa de verdad cuando triunfas en Estados Unidos. Un número uno en EEUU
tiene repercusión en ventas y fama en todo el mundo. Nunca ocurre de otra
manera, ni aunque el número uno sea en Gran Bretaña. Por esa razón Julio
Iglesias hizo las Américas, y por eso los Beatles viajaron a EEUU en 1964. Con
aquella visita, el impacto de los Beatles en EEUU amplificó a límites
desconocidos hasta entonces el que ya habían conseguido en Inglaterra. Tanto en
fama, como económicamente, como artísticamente.
Los responsables de ese bombazo,
aparte de los Beatles, fueron su manager Brian Epstein, el presentador de
televisión americana Ed Sullivan, el ejecutivo de Capitol Records Alan
Livingstone, el promotor de conciertos Sid Bernstein, y el momento en que
llegaron.
A principios de los sesenta no se
oía rock´n´roll. Elvis estaba en el ejército, Chuck Berry en la cárcel, Buddy
Holly se había estrellado en una avioneta, Little Richard daba sermones en la
iglesia… En radio y televisión sólo había cantantes melódicos e ídolos pop para
quinceañeras. La gente necesitaba algo más. Y para empeorar el estado de ánimo
americano, alguien asesinó al presidente Kennedy en noviembre de 1963. Los
ánimos en Estados Unidos estaban muy bajos. Se necesitaba un revulsivo.
Sid Bernstein era un creyente.
Estaba obsesionado con la idea de introducir a los Beatles en América. Llamó a
Epstein en febrero del 63, rogándole que le permitiera presentarlos en EEUU. A
Epstein le extrañó, porque entonces los Beatles eran unos desconocidos en
América. No obstante, la insistencia de Bernstein y el hecho de que éste le
ofreciera a Epstein una actuación en el Carnegie Hall de Nueva York, le
convenció. Fijaron la fecha de febrero de 1964; Bernstein aceptó el precio
puesto por Epstein, con la condición de que el concierto se anularía si los
Beatles no estuvieran entonces en listas de éxitos y si no tuvieran apoyo de la
radio. Veremos que no se anuló nada; todo lo contrario.
Entra Ed Sullivan. Su programa de
los domingos a las ocho de la tarde en la CBS tenía la mayor audiencia de
televisión de EEUU. Ed Sullivan era uno de los pocos americanos, junto a Sid
Bernstein, que estaba enterado de la beatlemanía; en octubre de 1963, en una
visita a Europa en la que buscaba nuevos talentos, vio como una algarada de
chicas tomaba el aeropuerto de Heathrow recibiendo al grupo.
(continuará)
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