Cambio Climático. Último Comunicado de prensa del IPCC. -Septiembre 2019- (VI)
(continuación)
Los cambios en la distribución de
las poblaciones de peces han reducido el potencial de capturas a nivel mundial.
En el futuro, disminuirá todavía más en algunas regiones, en particular en los
océanos tropicales, pero aumentará en otras, como por ejemplo en el Ártico. Las
comunidades que dependen en gran medida de los productos alimentarios marinos
pueden verse confrontadas con riesgos para la salud nutricional y la seguridad
alimentaria de sus integrantes.
“La disminución de las
emisiones de gases de efecto invernadero limitará las consecuencias para los
ecosistemas oceánicos que nos proporcionan alimentos, nos ayudan a gozar de
buena salud y conforman nuestras culturas”, dijo Hans-Otto Pörtner,
copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC. “La reducción de otros
factores de estrés, como la contaminación, no hará sino ayudar a la vida marina
a encarar los cambios que experimente su entorno, y potenciará la resiliencia
de los océanos”.
“Los marcos en materia de
políticas, por ejemplo, para la ordenación de la pesca y el establecimiento de
zonas marinas protegidas, brindan a las comunidades oportunidades de adaptación
a los cambios y de reducción al mínimo de los riesgos para nuestros medios de
subsistencia”, añadió.
Pérdida de hielo marino en el Ártico y deshielo del
permafrost
En el Ártico, los valores
mensuales de extensión del hielo marino disminuyen para todos los meses del
año, y su espesor no deja de menguar. La estabilización del calentamiento
global en 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales supondría que el
hielo desaparecería del océano Ártico en septiembre —el mes con menor extensión
de hielo— solo una vez cada 100 años. Sin embargo, con un calentamiento global
de 2 °C, esa circunstancia podría llegar a producirse cada tres años.
Algunas poblaciones del Ártico,
en especial los pueblos indígenas, ya han ajustado sus patrones de
desplazamiento y caza en función de la estación y de la seguridad de las
condiciones de la tierra, el hielo y la nieve, mientras que algunas comunidades
costeras han previsto su relocalización. El éxito de su adaptación dependerá de
los recursos financieros, las capacidades y el apoyo institucional, se precisa
en el informe.
El terreno de permafrost
—congelado durante muchos años— es objeto de calentamiento y deshielo, y las
proyecciones apuntan a un deshielo generalizado de ese tipo de terreno durante
el siglo XXI. Incluso aunque el calentamiento global se limite a valores muy
inferiores a 2 °C, aproximadamente el 25 % del permafrost situado cerca de la
superficie (3-4 metros de profundidad) se habrá deshelado de aquí a 2100. Si
las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando con fuerza, cabe
la posibilidad de que se pierda cerca del 70 % del permafrost que se encuentra
cerca de la superficie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se ruega NO COMENTAR COMO "ANÓNIMO"