jueves, 2 de julio de 2020

EL ECO DE LA TORRE Nº 54

EL ECO DE LA TORRE



A.R.D.C. Torre de Santa Elena


Boletín Informativo número 54

Mayo - Junio 2020
             Puedes ver los títulos de los artículos en el Índice de los artículos del año 2020

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ARTO Reformas en general
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A. de VV. Playas de La Chapineta
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B. Restaurante La Bodega Molina
B. Restaurante Vistabella
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Balneario Los Delfines
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Decoración Acosta. Pinturas
Farmacia Serrano Ciller -La Azohía-
Farmacia Martínez García –Isla Plana-
Nuevo Shala de Yoga Isla Plana
Nuria Llerena, CHICKUNG
Panadería Méndez 
Restaurante Casa del Nono
Restaurante Deskaro
Restaurante La Barraca
Restaurante Los Delfines
Restaurante Montemar
Restaurante Piscis

ECO.54 FUTURO DIFERENTE

FUTURO DIFERENTE, por A.F. García



No podemos pensar en un futuro como una simple continuidad del pasado, como si nada hubiera ocurrido. De los errores se aprende y de eso se trata. Este error es global, lo estamos sufriendo todos. La idea de buscar un culpable o quién es más culpable no lleva a ninguna parte. Es mezquino.

El cuidado de nuestra atmósfera, de nuestro suelo, nuestras plantas, animales o personas, de nuestros mares, nuestra minería, industria, agricultura, nuestra sanidad, educación, nuestro modo de vivir deben ser considerados a fondo. Hasta nuestro ocio actual o modo de consumo debe replantearse de manera diferente, aunque su adaptación se haga gradual. 

Salvar España en contraposición a arruinar España… ¿Qué significan esas expresiones que se dicen tan categóricamente decenas, hasta cientos, de veces al día?

¿Qué es España? Para algunos, entre los que me incluyo, España son todos y cada uno de los 47 millones de personas que lo habitan, diversos, pero unidos por dos milenios de historia.

Lo importante para España, para esos 47 millones, desde un punto filosófico y ético y siguiendo la escala lógica de valores, son la vida, la salud, el bienestar…
¿Se puede hablar de otros valores? Por supuesto, pero debe ser a partir de éstos. Si éstos están a salvo, también lo está España.

Dentro y fuera de nuestro país, puede haber personas, gobernantes, líderes políticos… que den preferencia a la economía, la producción ... Nunca se debe situar, en escala de valores, el producto por delante del ser humano que produce y consume, al menos mientras éste sea una persona que piense y sienta, no un robot.

A este propósito, deseo recordar la evolución de la crisis financiera de 2008. No me siento en condiciones de afirmar o negar que España haya recuperado el nivel global del PIB de principios de ese año.

Sí me siento en condiciones de afirmar que en esos 11 años (2008-2019) el número de personas que viven bajo el umbral de la pobreza se ha más que duplicado; que sanidad, educación, investigación…, han sufrido importantes restricciones; que la masa de trabajadores, empleados, funcionarios, pensionistas… no han recuperado el poder adquisitivo anterior al inicio de la crisis. Más grave aún, los derechos y la situación laboral han retrocedido varios decenios, no menos de unos 40 años.

Comento lo anterior para aclarar que producción y crecimiento económico no se traduce en bienestar y la correspondiente vida digna de las personas, aunque así debiera ser.

Si la salud y la sanidad, a cuyo sector pertenecen los héroes más relevantes del momento, es lo que debe hoy recibir la atención preferente, démosle, desde nuestro interior, la merecida gratitud y reconocimiento.  

ECO.54 VALORES

VALORES, por A.F. García


Se habla mucho de valores. ¿En qué valores estamos pensando? Mientras estamos atravesando esta larga y dura etapa de confinamiento habremos tenido ocasión de reflexionar. Si nos hemos limitado  a aguantar una ansiedad y una tensión a punto de explotar en busca de un resquicio para burlar la imposición y volver a la rutina anterior, has desperdiciado la ocasión de mirar tu vida desde fuera hacia dentro y replantearte esa vida que tienes por delante.
Empecemos por priorizar los valores. La vida, la salud, el alimento…; si uno no tiene el primero le sobran los siguientes.
 Es básico saber separar lo que es absolutamente necesario e imprescindible de lo superfluo y prescindible.

A lo largo de España se han dado varios casos de contagio en grupo por una fiesta de cumpleaños. En esta semana he oído en el entorno cercano a mi casa el conocido canto. No sé si en los próximos días lo tendrán que lamentar.
Si se han suprimido grandiosos eventos en Barcelona, Valencia, Sevilla…, incluso los Juegos Olímpicos de 2020, ¿no podrían estas familias suprimir o aplazar con menos complicaciones que los eventos citados.
Son muchas las personas que lo han manifestado, muchas más las que pensamos que las situaciones difíciles nos definen a las personas:
1.     Unos, la minoría, por unos momentos de capricho o satisfacción efímera, arriesgan no solo su salud y su vida, sino también la de sus personas más cercanas, familiares y amigos, y la de muchas personas más, en una progresión muy difícil de calcular y prever.
2.     Otros, una inmensa mayoría de los ciudadanos, encabezados por todo el personal sanitario, los cuerpos de seguridad y de defensa del estado, las personas que han seguido los servicios esenciales de limpieza, abastecimiento, transporte... se han arriesgado la salud y la vida por los demás. A ellos añadiríamos una multitud de voluntarios sin nombre ni salario. Todos ellos arriesgando su salud y su vida a favor de los demás. ¡Cuántos de ellos la han perdido ya! ¿No les parece a ustedes que todos los que seguimos viviendo estamos en justa deuda con ellos?
3.     ¿No hace pensar, reflexionar, tomar conciencia… a esa minoría de insensatos? ¿Qué es más llevadero, permanecer sano en tu casa o permanecer postrado en una cama afectado del coronavirus o de cualquier otra grave enfermedad?
4.     Por favor, pensemos con sensatez, agradezcamos la vida y la salud; no juguemos con ella, que solo tenemos una. No lo echemos todo a perder por un solo momento cuando tenemos muchos por delante.

Para esto y para otras cosas puedo afirmar convencido que los buenos momentos de la vida no tienen por qué venir ligados a fechas de calendario, sino a momentos en que los miembros de una familia, un grupo de amigos…, tienen ocasión de juntarse y lo pueden hacer.
Hay rutinas que son inevitables y necesarias, tales como los horarios de trabajo y de descanso. En la mayoría de las demás cosas, aunque sea bueno programarse, se debe hacer siempre con flexibilidad. Es absolutamente necesario mantener una actitud y capacidad de adaptación. Es algo que he aprendido en estos últimos años y sobre todo las últimas semanas. Es algo a lo que nos obligan las diferentes circunstancias desfavorables.

El filósofo Eladio Chavarri, como buen observador de la humanidad, definía al humano actual como el hombre productor consumidor. Y eso es lo que aprecio, con no poca tristeza, en bastantes dirigentes políticos actuales, que dan prioridad casi absoluta a esa faceta humana de productor- consumidor,  dejando o relegando a segundo plano la muy preocupante multitud de infectados y muertos por la pandemia.
Yo diría que reflexionáramos y consideráramos de urgente necesidad en poner orden y equilibrio en esta evolución o estamos elaborando nuestra propia autodestrucción como especie humana.
Deseamos, pedimos y esperamos que la gran industria se lo tome en consideración  y acometa su desarrollo de inmediato.
Dirijo mi modesto mensaje al ser humano de mi entorno, precisamente en los momentos de desescalada que atravesamos, en los que se nos permite desplazarnos por la Región y disfrutar de la playa y el campo.
 Ciudadana- ciudadano, el Creador, la naturaleza, han puesto la tierra y el mar a tu disposición para que disfrutes de ellos y los seres vivos, animales y plantas que los habitan, no para que seas su bárbaro y despiadado depredador. Tú los necesitas más a ellos que ellos a ti. Piénsalo. ¿De dónde proceden los alimentos que consumes y hasta el aire que respiras? 
Si vas a la playa y te bañas, disfruta plenamente de ello, porque es saludable para tu cuerpo y para tu mente, pero no seas el bárbaro depredador de sus animales y plantas. Esos seres vivos no tienen que ser los depositarios de tus basuras, que tienes otro lugar donde dejarlas. No arruines por tu egoísmo la herencia de tus hijos y nietos. Déjales un espacio limpio.
Si vas al campo, no lleves a él la barbarie urbana, contaminado física y acústicamente y depositando tus basuras, para las que tienes otros espacios. En el campo mira, observa y escucha,  disfruta de lo que ves y lo que oyes.
No lleves contigo lo peor de la ciudad al campo; trae contigo lo mejor del campo a la ciudad: salud física y mental.

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

(Fray Luis de León)

ECO.54 EL SÍNDROME DE LA CABAÑA

EL SÍNDROME DE LA CABAÑA, por Francisco B. Ramos, médico


Desde el inicio de la civilización se ha querido dar explicación a los hechos encasillando o clasificando los mismos. En ese sentido, Hipócrates explicaba con la teoría de los cuatro humores (sangre, bilis negra, bilis y flema) los cambios del estado de salud, según el equilibrio entre estos cuatro humores. Actualmente, se intenta, con mayor o menor éxito, clasificar todos los estados de salud o de ánimo que nos afectan. Así, el síndrome de la cabaña quiere recoger los efectos sobre la salud que el confinamiento dictado por el estado de alarma ha generado durante estos meses.

¿Qué es el síndrome de la cabaña?
Es el estado de miedo por salir a la calle. Miedo a contactar con otras personas fuera de las paredes de nuestra casa y temor a realizar actividades que antes eran cotidianas como trabajar fuera de casa, coger medios de transporte público, relacionarnos con otras personas conocidas, etc., o sea hacer una vida social.

¿Cómo se ha generado?
Al inicio del confinamiento, las personas hemos tenido que hacer una adaptación a la perdida de la libre circulación por la vía pública y esto nos ha podido generar ansiedad, irritabilidad y agitación, pero a lo largo de los días nos hemos adaptado y algunos hemos visto en esta nueva situación un estado de confort, seguridad y tranquilidad en las actividades dentro casa, a la vez que nos producía ansiedad e irritabilidad el mero hecho de pensar en salir a la calle o retomar la vida que teníamos antes del confinamiento, fundamentalmente por el miedo a infectarnos por el virus.

¿Estamos todos expuestos a este síndrome?
Evidentemente todos somos susceptibles de manifestar este estado de ánimo, en mayor o menor medida, pero se da con más asiduidad en las personas más aprensivas, fundamentalmente en aquellas que las autoridades sanitarias las señalan como más vulnerables o aquellas que han tenido una experiencia vital negativa con el virus como la muerte o enfermedad de un familiar o persona cercana, estar sobre-informados de las efectos negativos y mantener conversaciones con el entorno de los aspectos pesimistas de la pandemia. 

¿Qué hacer para combatirlo?
1º.- Iniciar el contacto con la vida social de forma gradual. Las salidas a la calle deben de ser en función de nuestras necesidades y es recomendable marcarnos unos objetivos diarios que nos sean agradables, como pasear, hacer ejercicio, acercamiento a lugares familiares que nos hagan contactar con el aire, la naturaleza, los ruidos, las personas que nos produzcan una sensación agradable.

2º.- Tener presente y poner en práctica las medidas de seguridad frente al contagio de virus (uso de mascarillas, distanciamiento social, higiene de manos) porque esto nos va a proporcionar seguridad y disminuye el nivel de ansiedad generado por este síndrome.

3º.- Se puede percibir una sensación rara y de tristeza al contactar con la nueva realidad y esto generar ansiedad, pero el acercamiento progresivo a estas situaciones la van a ir incorporando a nuestra vida como algo cotidiano y disminuyendo la ansiedad.

Por último, la aportación progresiva y responsable de cada uno de nosotros al desarrollo de actividad laboral, social, lúdica y recreativa es la mejor terapia para nosotros y para los demás.

ECO.54 CENSURA Y OPACIDAD ¡NO!

CENSURA Y OPACIDAD ¡NO!, por Paco Acosta


Ya estamos llegando a una fase de estabilidad en la pandemia del Covid19, y puede que sea el momento de que los que así lo sentimos, elevemos nuestras voces, y quejas, contra la manera autoritaria de haberse gestionado este delicado asunto. No me meto en si la gestión y las medidas tomadas han sido buenas o malas, todo lo eficaz que algunos proclaman o ineficaz según otros, a la vista de los resultados,…

El caso es que a este gobierno le ha tocado este asunto, y se supone que lo han intentado solventar de la mejor manera que sabían o podían. Siempre habrá otros que digan que lo habrían hecho mejor o de otra forma. Y también es verdad que una vez conocidas las consecuencias, siempre se puede hablar, con fundamento, de que se deberían haber tomado otras acciones. Es el sino de los que tienen la responsabilidad de la gestión y la toma de decisiones.

A mí lo que me ha parecido indignante es que el dar cuenta de la gestión o gestiones realizadas, se haya efectuado “a la manera chavista”, es decir sin dar exhaustivas cuentas a los ciudadanos y saltándose los procedimientos que en democracia nos habíamos establecido. Al menos en lo que quiero reflejar en este artículo: censura y opacidad o falta de trasparencia. 

Comenzaré por la “censura”. Es inadmisible que al proporcionar la información de un tema tan importante no se admitan, desde los primeros momentos las preguntas y repreguntas de los medios de comunicación. Y que exista un “censor” que filtre las preguntas que interesa contestar y las que no.

Asimismo es desde todo punto inadmisible que los ciudadanos no podamos enviar y re-enviar “a nuestros amigos” aquella información que queramos, sea cierta, o contrastada, o parcialmente falsa, o incluso un bulo… Pues ¡no!, en lugar de eso se ha instado a los responsables de whatsapp, Instagram y otras redes sociales para que impidan la circulación masiva de aquellas “noticias” que, según dicen las malas lenguas, perjudicaban o criticaban la gestión del gobierno. Estamos en democracia y si alguien comete un delito con la difusión de alguna “información cierta o falsa” hay que denunciarlo y que sean los jueces los que lo juzguen. ¿Es que se tiene miedo a la libertad de opinión? ¿Volvemos a la época del NO-DO?

Y qué decir de la “opacidad” o falta de trasparencia en la gestión de lo público. Se ha cerrado el Portal de transparencia, donde se deberían publicar y estar perfectamente documentadas todas las contrataciones de la administración. Es la garantía de que los contratos se realizan según los procedimientos establecidos, por los importes correspondientes, adjudicados a las empresas idóneas, con las fechas de pedido y suministro,…. A día de hoy no se sabe el detalle de todas las contrataciones de material, ciertamente necesario y urgente, de aquellos elementos que se han precisado para afrontar la lucha contra el coronavirus. ¿Hay algo que ocultar?

Y como un tema mixto de censura y opacidad, comentaré de pasada que tampoco se ha divulgado la composición del tan cacareado comité de expertos cuyos informes han servido para la toma de decisiones tan importantes como las que hemos sufrido los ciudadanos en estos meses de confinamiento. ¿Realmente eran expertos?

Posiblemente los lectores echen en falta algún comentario relativo al número “real” de fallecidos como consecuencia del covid-19… Me conformo con indicar aquí que cada vez que se trata de este tema, se pone la muletilla de “según las cifras oficiales…”

ECO.54 ROSAS NEGRAS

ROSAS NEGRAS, por Ginés Cruz Zamora

En demasiadas ocasiones juzgamos a las personas por su apariencia, ocupación, o creencias; y en no pocos de esos juicios temerarios, nos equivocamos. Las personas somos algo más que el atuendo que nos viste y la filosofía vital a la que nos agarramos para andar por la vida.

Podemos insistir en clasificar apellidos y rostros, pero no podemos etiquetar las almas. Desgraciadamente, tienen que sobrevenir circunstancias dramáticas, como por ejemplo, esas explosiones colectivas de nuestra íntima locura cotidiana, que llamamos guerras, para descubrirnos el error en el que nos instalamos a diario.

De esta manera, las acciones de personas que teníamos bajo arresto en nuestro juzgado mental, deshilachan las puñetas de nuestra invisible toga de inmisericordes jueces, para después mandarlas al sitio que su propio nombre indica.

La crónica que les relato hoy no es una leyenda urbana, es un hecho histórico contrastado por cientos de testigos y varios nombres propios de la Cartagena de los albores de nuestra Guerra Civil.

El 25 de julio de 1936, tres relevantes hombres de izquierdas: los concejales José Martínez Nortes, Miguel Céspedes Pérez y el fundador de Izquierda Republicana en Cartagena, José López Gallego, acompañados de la más famosa prostituta del barrio chino del Molinete: Caridad Norberta Pacheco Sánchez, conocida como Caridad la Negra, evitaban la profanación y quema de la Iglesia de la Caridad –hoy Basílica menor–, donde se hallaba entre otras obras irreemplazables del culto, la imagen de la Virgen de la Caridad; una Piedad –como saben, una Virgen sedente con el Cristo muerto en los brazos–, que es la Patrona de la ciudad.

Aquel día, cuando los ánimos de los exaltados hacían caer los símbolos religiosos de los que consideraban sus enemigos, otros, que entendían que la libertad no es sólo una palabra hueca sino un derecho de todos, se negaron, aún a riesgo de perder sus propias vidas, a colaborar con el ciego despropósito de quemar la iglesia.

López Gallego que ya estaba acostumbrado a jugársela por sus vecinos, incluyendo a aquellos que no pensaban como él –porque como se supo después, durante la contienda escondió a varias personas buscadas por el Frente Popular para ser ejecutadas–, organizó la defensa del templo con el apoyo de un puñado de Guardias de Asalto. Le ayudaron los otros concejales arriba mencionados y un grupo de prostitutas del Molinete capitaneadas por Caridad la Negra; mujeres condenadas permanentemente por la Iglesia, humilladas por otros muchos ciudadanos de bien y usadas como juguetes por proxenetas y clientes, pero armadas con una valentía y con unas convicciones morales muy superiores a las de todos sus juzgadores.

Si tenéis huevos, subid esos escalones, pero con la pistola en la mano” retó López Gallego, flanqueado por un ejército de unos pocos guardias y una decena de putas.

Nadie subió un solo peldaño.

Una lumi con unas tijeras en la mano es una adversaria demasiado peligrosa y no se le ocurrirá a un tipo, por muy bragado que sea, faltarle a la Virgen delante de una mujer de la calle. Y no me pregunten por qué. Supongo, que las profesionales que practican ese viejo oficio, saben mejor que nadie qué cosas le llamarían los justos de su época a la Virgen, estando embarazada y sin marido.

Cuando los asaltantes se dispersaron, la talla de la Patrona fue puesta a buen recaudo en el almacén municipal.


Al finalizar la guerra, López Gallego tuvo que marchar al exilio.

Así pagamos en España a los que defienden a los demás.


En 1947, Caridad la Negra, –que hay que decirlo, dedicó durante toda su vida grandes sumas de sus ganancias a asistir a varias instituciones benéficas de la ciudad–, puso por primera vez a los pies de la Patrona un ramo de rosas negras en desagravio por las ofensas recibidas.

Llámenle religiosidad popular. Opio del pueblo. O simplemente, delirios provocados por la soledad de las noches donde el último sudor que le regalan a una prostituta, se queda impregnado en los billetes que le dejan sobre la cómoda por haber servido de recipiente humano.

Yo creo, que es de los actos de amor más bellos que jamás haya conocido y puede que piense así, porque dicen, que el amor de una prostituta, cuando no se ha pagado por él, es el más puro que se pueda encontrar.

Si algún día visitan Cartagena podrán ver el rostro de Caridad la Negra en una de las pechinas que adornan la Basílica, pues el pintor Wssel de Guimbarda la tomó como modelo para recrear a la bíblica Magdalena.

Y si viajan a la ciudad durante la Semana Santa, comprobarán que el Lunes Santo, los portapasos de la Piedad, cuando sitúan el trono frente a la Patrona en esa misma iglesia que unos rojos y unas putas salvaron de la quema, depositan un ramo de rosas negras a los pies de la imagen de la Virgen.


Muchas personas, miles de visitantes, se preguntan por qué. 

Ustedes ya lo saben. 



ECO.54 CAMBIO CLIMÁTICO. Nuevo Comunicado de Prensa del IPCC. Agosto 2019. (V)

Cambio Climático. Nuevo Comunicado de prensa del IPCC Agosto 2019 (V)


(continuación) (ir a parte I)   (ir a parte II)   (ir a parte III)  (ir a parte IV)




En el informe se llega a la conclusión de que hay maneras de gestionar los riesgos para la tierra y el sistema alimentario y reducir sus vulnerabilidades.

La gestión de riesgos puede incrementar la resiliencia de las comunidades a los fenómenos extremos, y ello incide en los sistemas alimentarios. Su puesta en práctica puede materializarse mediante cambios en la alimentación o la disponibilidad de todo un abanico de cultivos que eviten una mayor degradación de la tierra e incrementen la resiliencia ante los fenómenos meteorológicos extremos o condiciones meteorológicas variables.

La reducción de las desigualdades, el aumento de los ingresos y la garantía de un acceso equitativo a los alimentos para que determinadas regiones (en las que la tierra no puede proporcionar alimentos en cantidad suficiente) no estén en desventaja son estrategias alternativas de adaptación a los efectos negativos del cambio climático. Asimismo, existen otros métodos que permiten tanto gestionar riesgos como ponerlos en común, y algunos de ellos ya se pueden utilizar, como los sistemas de alerta temprana.

La instauración de un enfoque global en el que prime la sostenibilidad, unido a la adopción de medidas tempranas, es la mejor combinación para afrontar el cambio climático. Ello debería ir acompañado de un crecimiento demográfico reducido y una disminución de las desigualdades, así como de una mejor nutrición y un menor desperdicio de alimentos.

De ese modo se lograría un sistema alimentario más resiliente y se multiplicaría la cantidad de tierra disponible para el cultivo de variedades destinadas a la generación de bioenergía, pero sin renunciar a la protección de los bosques y los ecosistemas naturales. Ahora bien, si no se adoptan medidas tempranas en esos ámbitos, se requerirá más tierra para la producción de bioenergía, y ello llevará a la adopción de decisiones difíciles sobre el futuro uso de la tierra y la seguridad alimentaria del mañana.

(continuará)

ECO.54 DICCIONARIO MURCIANO Anexo Ic (F-M)

DICCIONARIO MURCIANO  ANEXO Ic     (F - M), por Paco Acosta


Publicaciones anteriores:  A-Be, -Boletín nº 34-;   Bo-Cap, -Boletín nº 35-;   Car-Cu, -Boletín nº 36-;   CHa-D, -Boletín nº 37-;   E, -Boletín nº 38-;   F-J-Boletín nº 39-;    L-M, -Boletín nº 40-   N–Pa,  -Boletín nº 41-;  Pe -Boletín nº 42-;  Pi-Repi, -Boletín nº 44-; Repr-Z, -Boletín nº 48-;  Anexo Ia  C, -Boletín nº 52-; Anexo Ib Ch-E -Boletín nº 53-.      Hacer click en el nº de boletín para acceder a ellas. 


(Los artículos de los Boletines “El Eco de la Torre”, se encuentran publicados en el blog     ardctorresantaelena.blogspot.com ).


FASCALERO: Algo sin consistencia, mal realizado.
FOLLÓN: Pedo silencioso.


GALGO o GARGO: Aquel que solo come algunas cosas “seleccionadas”.
GALGUERÍA: Alimentos dulces, como pasteles, golosinas, …


JARAPA: Tejido hecho de tiras de trapo multicolores con el que se realizan alfombras, mantas o colchas.
JELEPA: Cantidad pequeña de algo, pizca.
JERGUETA: Tejido sin la consistencia debida, mal realizado.  
JUDIÁ (por JUDIADA): Trastada, jugarreta. Acción que perjudica a alguien.

LIGERO: Rápido, veloz. “Ese va muy ligero”.

LINDE: Lindero entre fincas o parcelas.


MACOCA / MACOCO: Breva madura, blanda. Por extensión algo redondeado blando, pero con cierta consistencia.

MANFLORITA o MANFLORITÓN: Dicho de un hombre: afeminado.

MANISES: Azulejos.

MIAJA: Migaja. Un poco de algo.

MICHIRONES: Guiso de habas cocidas con chorizo,…

MOCHO: Escoba con la parte inferior recubierta con una gamuza (algo así como el antecesor de la “mopa”); parte de abajo de la fregona. “Voy a pasar el mocho”.

MOQUERO: Pañuelo para limpiarse los mocos.

MUDA: Ropa interior limpia que se cambia de una vez por la que se lleva puesta. “Ahí tienes la muda”.

MUDARSE: Cambiarse de ropa. “Ha vuelto a casa para mudarse”.

(continuará)

ECO.54 CORONAVIRUS. EL ESTADO DE EXCEPCIÓN

CORONAVIRUS. EL ESTADO DE EXCEPCIÓN, por José Luis Mozo

¡Olé, olé, estamos de salida! No sé si también saldremos los perversos (Madrid, Barcelona, Castilla-León), o nos suspenderán hasta septiembre. El resto recibirán, cuando la fase 3, transferencias a sus gobiernos regionales de la gestión y la responsabilidad, terminándose así el largo periodo de cogestión del estado de excepción. Esto me lo van a explicar más despacio. Si se impone una dictadura legal (¡constitucional nada menos!), la gestión y su responsabilidad son exclusivas del dictador. Alguna voz tenida por moderada ha pedido a la oposición que no sea tan cruda con el gobierno y sus “posibles” errores. Yo no soy del gobierno ni de la oposición, pero me parece de una obviedad aplastante que en una situación dictatorial la única forma de oposición viable es zurrar al dictador, que tiene armas suficientes e incluso excesivas para defenderse, entre ellas la potestad de hacer lo que le venga en gana.

No pretendo ocultar, ni sabría cómo, que a mí esto del estado de excepción me cae como una puñalada trapera. Hasta para un pueblo tan acostumbrado al insulto (capaz de desarrollar en su propia incubadora la leyenda negra parida por otros), éste lo veo excesivo. ¿Somos un país de estúpidos de tal calibre que ni ante la amenaza de un arma de destrucción masiva conseguimos unirnos y aparcar nuestras rencillas hasta después de haberla derrotado? Porque, si no es así, ¿qué falta hace la dictadura? Pues está claro que hay quien opina que sí, que lo somos. Yo, particularmente y confiando en que la mayoría de mis lectores me secunden, creo que no. Y además, ese sistema exige un liderazgo político, algo con lo que siempre he estado disconforme. Cuando a uno hay que extirparle un tumor, ¿busca un subsecretario o busca un cirujano especializado? Los políticos no van a anteponer el bien común a sus intereses y agendas partidistas. Entre otras cosas, porque quien lo hiciera, al día siguiente dejaría de ser político. Lo echarían del partido.

Aun así, como generalizar siempre es malo, ofrezco clavarme de rodillas y pedir perdón al que sea capaz de proponer:

Defender la caza. Los virus no parasitan esas baldas que fregamos con frenesí, sino los seres vivos. Y aunque haya mucho urbanita ecologístico amante del campo, los animales de los que entienden son sus mascotas. Del campo y de la fauna salvaje quienes entienden y saben cuidarlos son los agricultores, los ganaderos… y los cazadores. Sin ellos, el riesgo se multiplicaría, especialmente en especies plagas, como el conejo o el jabalí, si quedaran sin control.

Llevar a mínimos el transporte público, vivero de contagios. Tanto odiar a los automóviles so pretexto del progreso, y cada vez que cierra una fábrica es un drama social y económico para la zona afectada. Tal vez ayudando al desarrollo de vehículos pequeños y sin emisiones, el drama social, económico y sanitario perdiera malignidad.

Prohibir por varios meses las manifestaciones y concentraciones, que se han convertido en deporte nacional. Huesca ya se han quedado sin desfile. Me gustaría saber qué otros “desfiles” van a prohibirse.

Estimular la producción de energía de alto rendimiento económico, porque con los costes actuales (otro título europeo, el de mayor coste, al que somos candidatos), la suspirada recuperación será imposible.

Devolver a los hospitales a su funcionalidad antes de la epidemia, poniendo cuanto haga falta para acabar con las listas de espera, en cirugía, en ciclos oncológicos, en rehabilitaciones…

Reducir con valentía la fractura social con la que están destruyendo a la sociedad española. Esta zanja es como un foso medieval que protege un castillo, dentro del cual el mediocre se hace inexpugnable. No somos un pueblo estúpido, pero sí desmemoriado. Se nos olvidó el tiempo en el que conseguimos aprender a convivir. Y se nos olvidará lo que estamos pasando en la misma verbena de la victoria

Mantengo mi oferta si alguno da la cara por una de estas propuestas. Por todas, sería imposible. Estaría despedido de su partido mucho antes. Enfrentarse al miedo, a la delación y a todo lo que se sembró para encadenarnos, ya lo haría candidato a un premio electoral.


En pleno confinamiento ironizaba sobre la necesidad de un carnet de conducir de peatón, para autorizar quien puede andar por la calle y quien no. Venía a cuento de una demanda popular de test que se estaba generalizando y que me pareció del todo inoportuna. Eran tiempos de parar muertes no de distraerse con analíticas. Hoy han cambiado las cosas y sí creo necesario que esas serologías se hagan. No olvidemos que la estrategia de los gestores de la crisis se ha basado en el no contagio, en el “quédate en casa”, y ahora todos ésos que salgan a la calle serán especialmente vulnerables. Nuestra legión necesita identificar a sus hastatos, la primera línea de combate contra el virus, que son los contagiados que se han recuperado e inmunizado. Ya advirtió algo así la señora Merkel, a quien nuestro digno representante tachó de insolidaria. Es lo menos de lo que podíamos tacharla, dado que los números de Alemania son seis o tal vez más veces mejores que los nuestros. Y exigiremos, ¿o no?, cuarentena al que quiera venir. Parece el cambalache del porteño Santos Discépolo. El burro enseña al profesor.
  
No cabe duda que la dictadura siempre es confortable para el dictador y su núcleo. Favorece el cambalache, el mercadeo, los golpes de mano silenciosos y muchas otras ventajas que nada tienen que ver con la salud pública pero sí con la vida política. ¿Por qué, entonces, renunciar a este suculento privilegio? Relean el párrafo anterior.

No sabemos con qué fuerzas contamos y, por tanto, la recidiva es un peligro real que, hasta que no se realicen las serologías, no somos capaces de dimensionar. Si algo saliera mal, ¿no es preferible tener enfrente una cara no amiga a la que cargar con los muertos? Quien tome el relevo deberá animar a la ciudadanía a salir a combatir al enemigo y a afrontar el riesgo, con todas las precauciones posibles por supuesto, pero sin volver al zulo. Nada que objetar al confinamiento porque lo aceptamos colectivamente. Sin embargo, visto hoy, si tenemos en cuenta que cerca del 90% de nuestros muertos eran mayores de 64 años (es decir, población no activa), ¿qué razón había para paralizar todos los sectores económicos? Y si se produce una recidiva (perdón, rebrote) ¿volveremos a pararlos en un nuevo estado de excepción?


Desde un principio, he clamado por atender los gravísimos problemas del momento y no perder el tiempo recontando muertos. ¿Sabíamos a dónde íbamos? Porque, salvo que aparezca el milagro (vacuna o extinción del patógeno), temo que seguimos sin saberlo. Pero sí seguimos recontando muertos. Ahora, hacia atrás. Eso se llama resurrección.

ECO.54 HISTORIAS DEL CANTÓN MURCIANO: EL BOMBARDEO DE ALMERÍA

HISTORIAS DEL CANTÓN MURICANO: EL BOMBARDEO DE ALMERÍA, por Paco Acosta


La Junta Cantonal, desde Cartagena, aprovechándose de la importante fuerza naval con que contaba, intentó que las localidades vecinas se adhirieran al proceso de expansión de la revolución cantonal. Para ello, en el verano de 1873, se organizaron incursiones marítimas a Torrevieja y Orihuela por el litoral norte y a Mazarrón y Águilas en el litoral sur. Si bien las adhesiones “políticas” se consiguieron por la presencia de un fuerte contingente de hombres armados, es de destacar que en cualquier caso tuvieron resultados “económicos”, pues se conseguían, de grado o por la fuerza importantes cantidades de víveres y dinero.

La imperiosa necesidad de recaudar fondos amplió el radio de acciones de estas incursiones, por lo que días más tarde, llegaron con la fragata Tetuán y el vapor Fernando el Católico, a la localidad almeriense de Garrucha, donde desembarcaron más de 600 hombres y desde allí por tierra se dirigieron a Cuevas de Almanzora y Mojácar. No obtuvieron resultado político, es decir la implantación de Juntas revolucionarias, pero sí bastantes provisiones y dinero.

Poco tiempo después lo intentaron de nuevo, y realizaron otra salida, al mando del general Contreras, con intención de llegar a Almería y Málaga, y con la pretensión de impulsar y favorecer el movimiento cantonal de la Federación española, conforme a lo que habían decretado en las Cortes. La expedición estaba formada por la fragata de hélice Almansa y la fragata blindada Victoria -ambas fuertemente artilladas- y un contingente a bordo compuesto por dos regimientos y un batallón de infantes de Marina.

Fragata  Victoria

En el viaje desde Cartagena a las costas andaluzas fueron seguidas por la fragata prusiana SMS Friederich Carl.


Al llegar a Almería, el 30 de julio, tuvieron lugar una serie de parlamentos entre el general Contreras y las autoridades representantes del Ayuntamiento y la Diputación, a las que se unió el cónsul inglés. La exigencia de los cantonales era la formación de un cantón mediante votación popular, el abandono de la ciudad de las fuerzas centralistas y que les entregaran todos los fondos de la hacienda pública -estimados en 100.000 duros- para atender a los gastos de la armada. Continuaron la negociación, a la que se unió también un brigadier alemán, sin llegar a un acuerdo, aunque se rebajó la cantidad a 50.000 duros, pero manteniendo la exigencia de que abandonasen la plaza las fuerzas que estaban allí en guarnición. La respuesta fue negativa, y los de Almería comenzaron a construir parapetos con sacos de arena, preparándose para la defensa de la ciudad. Por su parte el general Contreras indicó que si las tropas no abandonaban la ciudad, las expulsaría a cañonazos.


A media mañana comenzaron a disparar contra la capitanía del puerto, una casa situada frente al cuartel de la guardia civil y el lugar donde estaba acuartelado el resto de la guarnición. En cualquier caso no se efectuaron disparos hacia el interior de la población. Desde la plaza se contestó con una lluvia de balas, resultando heridos dos soldados, uno en una mano y otro en un pie, únicas desgracias sufridas por los cantonales. Hasta las seis de la tarde se habían disparado unos 30 o 35 cañonazos.


  
Esta acción bélica fue muy controvertida y tuvo inmediata repercusión en las Cortes. Unos comentaban que los efectos del bombardeo fueron insignificantes, apenas unos leves daños en los edificios (en palabras del gobernador de Almería: “No ha habido desgracias que lamentar más que algunos contusos. El destrozo de los edificios ha sido de alguna importancia”), mientras que otros pretendían desacreditar la República con absurdas y ridículas exageraciones, describiendo Almería poco menos que reducida a escombros por los cañones cantonales y con las calles sembradas de cadáveres mutilados.

ECO.54 JUANA DE VEGA (Marquesa de Espoz y Mina, escritora romántica y activista política)

JUANA DE VEGA  (Marquesa de Espoz y Mina, escritora romántica y activista política), por Andrés Pérez García



Esta singular y genial mujer gallega luchó mucho y trabajó incansablemente para incorporarse a aquella sociedad eminentemente varonil y machista del mundo romántico. Quería, junto a otras mujeres de distintos lugares de España, estar presente y publicar sus escritos, dar charlas y asistir a convocatorias culturales y políticas. Era necesario dar a conocer el papel de la mujer en la literatura y en la sociedad.
Hay un despliegue de mujeres de todos los lugares de España que no quieren seguir ignoradas por esa sociedad exclusiva masculina; quieren ser literatas, escribir y adoptar en su vida personal estos pensamientos: la exaltación del yo como persona autónoma, el amor por la Naturaleza, la defensa del rebelde y la apología de la libertad.

Juana de la Vega nació y murió en La Coruña (1801-1872). Su padre era un rico comerciante liberal, que la educó en los principios de la ilustración de sacar a la mujer fuera del hogar; eran aquellos tiempos en el que se decía y hacía que la mujer no debía saber leer ni escribir, pues solo la ignorancia podía salvarla de su perdición.

El padre era liberal y hombre culto, teniendo desde el primer momento la idea de que su hija tuviese una formación académica lo más completa posible en ideas liberales y en educación, contratando para ello a preceptores particulares que le impartieran clases de gramática: latín, humanidades y francés, además de otras materias que completasen su formación académica. Contó también con la ayuda de su madre, que leía mucho y tenía un gusto excelente por la literatura.

A los 16 años contrajo matrimonio con el general liberal Espoz y Mina, guerrillero en la Guerra de la Independencia, y 24 años mayor que ella. Su matrimonio le permitió tener una vida intensa, pues acompañó a su marido en sus destinos y así pudo relacionarse con muchas personas y visitar ambientes liberales y literarios.

Como todas las escritoras de su tiempo sus comienzos fueron de una actividad intensa: charlas, reuniones, conferencias, artículos… Además de ayudar a su marido a tomar notas para la redacción de sus memorias, colaboró con Concepción Arenal en numerosas actividades de asistencia social.

Pasó por todo el suplicio que los vaivenes políticos entre moderados y progresistas llevaron a la escena española, teniendo, en muchas ocasiones, que exiliarse acompañando a su marido, que ella aprovechó para conocer el pensamiento y las ideas de sus compañeros europeos.

Al fallecimiento de su marido, se recluyó en su casa de La Coruña y se dedicó revisar y terminar las memorias de su marido, siete volúmenes, labores de beneficencia, que consideraba como un deber cívico, siguiendo, además, con sus actividades culturales y liberales.

Cuando, por matrimonio morganático y múltiples devaneos, fue desterrada la reina María Cristina, nombraron a Juana de Vega aya de la futura reina Isabel II y de la infanta Luisa Fernanda, con el encargo de educarlas y de ambientarlas en los valores de una monarquía liberal constitucional.




A los dos años fue destituida por los moderados, regresando nuevamente Juana Vega a su casa de La Coruña, donde terminó las Memorias de Espoz y Mina, escribiendo también un libro precioso, que con el título de “Apuntes para la historia del tiempo en que ocupó los destinos de aya de S.M. y ALTEZA y camarera mayor de palacio”, nos detalla la vida en palacio durante esos dos años: Isabel y Fernanda no tenían modales, no sabían lo que era la disciplina, comían a deshora, no podían estar más de media hora sentadas, apenas sabían leer y escribir y, sobre todo, la futura reina no tenía interés ni mente para aprender algo; las damas de compañía tampoco tenían modales ni disciplina. Otro detalle, escabroso, que nos relata es que, con motivo de la presentación pública de la reina, quiso que llevase puesta una joyita para que realzase su altivez, no pudiendo, porque la reina María Cristina se había llevado todas las joyas del joyero real en su exilio. Juana de la Vega está considerada como una excelente historiadora moderna.