La proclamación del Cantón
Murciano en la ciudad de Cartagena, viene acompañada de una curiosa anécdota
relacionada con su bandera.
En la madrugada del 12 de Julio
de 1873, en el castillo de Galeras de Cartagena daba comienzo la revolución
cantonal en Murcia. Tras hacerse con la fortaleza, mediante un disparo de cañón
se comunicó a la flota que el castillo estaba tomado por los revolucionarios,
Se trataba de la señal convenida para que la escuadra fondeada en Cartagena pudiera
unirse a los sublevados.
En esos momentos de alboroto y
cierta confusión, el jefe de la guarnición al mando en el castillo quiso izar
una bandera roja. Tras una infructuosa búsqueda por las dependencias,
localizaron una bandera turca, roja con una media luna y una estrella en una
esquina, que había sido fruto de conquista en un anterior combate marítimo.
Pensando que esta bandera, por su color, podría servir como enseña, la
enarbolaron en lo alto de un mástil. Su vivo color al ser visible desde buena
parte de la ciudad pondría de manifiesto el triunfo de la revolución en el
castillo y, según tenían convenido, animaría a los grupos de revolucionarios que
esperaban en Cartagena, a hacerse con el ayuntamiento y otras dependencias
oficiales.
El comandante de marina de
Cartagena, al ver ondear la bandera en Galeras envió entonces al ministerio, en
Madrid, un telegrama en el que decía escuetamente “El Castillo de Galeras ha enarbolado bandera turca”, sin mas
explicaciones. Se ignora cual fue la reacción inmediata de los funcionarios,
pero nos la podemos imaginar… Sin embargo el contenido de este telegrama se
extendió con rapidez por la población, que ya se encontraba alertada por el
estruendo del cañonazo, y fue jocosamente interpretado por la ciudadanía, en el
sentido que los otomanos habían atacado Cartagena y habían conquistado el
Castillo de Galeras…
Dice la leyenda, que
posteriormente un voluntario, afrentado, sacó su navaja y tiñó con su sangre la
media luna y la estrella de esa bandera turca, quedando así la bandera “colorá”
que caracterizó al Cantón Murciano.
Poco tiempo después se
encontraban bajo el poder de los revolucionarios los principales puntos de la
ciudad y las fortalezas de Galeras, Atalaya y Moros. Con el control del
Ayuntamiento, las baterías de costa y el puerto, los sublevados consiguieron la
rebelión de la flota con base en Cartagena. Estaba formada por: 4 fragatas
blindadas, de nombres Numancia, Tetuán, Vitoria
y Méndez
Núñez (en total la República contaba hasta entonces con 7 fragatas
blindadas), la fragata de hélice Almansa y el vapor Fernando
el Católico, que fue rebautizado como “El Despertador del Cantón”. Más tarde se unirían las tripulaciones
de los vapores El Vigilante, e Isabel II, y de otra fragata de
hélice, la Villa de Madrid.
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