miércoles, 12 de abril de 2017

ECO 34. ¡POR FIN, HA LLOVIDO!



¡POR FIN, HA LLOVIDO!, por A.F.García



Muchas decenas de personas estábamos allí, cámara o móvil en mano, para contemplarlo y tomar fotos. Lo que estábamos observando esa mañana de domingo, 11 de diciembre, era un evento natural que no se repite con frecuencia. De hecho, no había ocurrido desde octubre de 2012. Si esto ocurriera, al menos una vez al año limpiaría el cauce, al que seguimos echando basura, sin abandonar la costumbre.
 

¡Y si bajara más o menos así todo el año!. Sería una fuente segura de riqueza; pero eso sería imposible, porque ya se encargaría nuestra ambición de hacerle sangrías hasta dejarlo seco, como está, salvo excepciones como ésta. El sentimiento de necesidad de agua estaba siendo tan acusado que el domingo anterior, día 4, soportábamos la lluvia incesante sin que aparecieran muestras de disgusto.




En esta España seca han encontrado la manera de evitar las tormentas bombardeando las nubes con yoduro de plata; pero aún no han inventado nada para que nos llegue la lluvia. Hay un método seguro, pero es de proceso largo y eso no encaja con la mentalidad que tenemos de querer efectos inmediatos.


Ese método lo aplicó de manera magnífica Ricardo Codorniú hace al más de un siglo. Llevó a cabo un vasto y bien programado plan de repoblación forestal y monte bajo a base especies autóctonas, evitando la desertización que vemos hacia el Este y en algún otro espacio de la Región.


Aquí, como en el verde Noroeste, la lluvia es más abundante, dobla el promedio de la Región y el calor menos abrasador. Ambos espacios son como un pulmón para esta Comunidad. ¿Se hace por conservarlos?. No lo suficiente. En todo el espacio de Sierra de Espuña hay no pocos inmuebles que se han dejado derruirse, como otros muchos: de los espacios mineros, del Cabo Tiñoso.


Uno tiene que lamentar dos tendencias contrapuesta en lo que bienes inmuebles se refiere. Por una parte, se abandona al saqueo y destrucción bienes patrimoniales de valor histórico o arqueológico.


Por otra, se construyen en pocos años 800 mil viviendas en una Región de millón y medio de habitantes, que no están sin vivienda; se traza un autopista de peaje innecesaria, a la vista del tráfico que tiene; un polideportivo en Cartagena, un auditorio en Puerto Lumbreras, un aeropuerto… en todos ellos se ha gastado un presupuesto y no sabemos cuándo prestarán el adecuado servicio.


Cuando los romanos hacían acueductos y los árabes las acequias lo hacían para el futuro de muchas generaciones ¿a dónde nos conduce esta dinámica?.

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