viernes, 3 de mayo de 2024

ECO.78 TUFO ELECTORAL

Tufo Electoral, por José Luis Mozo

 

Me parece sentir en el ambiente un cierto tufo -¿o más bien peste?- que me hace sospechar si no estamos, sin previo aviso, en plena campaña electoral.

El estandarte de nuestra mediocridad política viene siendo desde hace demasiado tiempo el insulto y la descalificación del adversario. O mejor sería decir, del enemigo. Cuesta entender que una serie de sujetos que aspiran a representarnos y gobernarnos, a los que pagaremos el sueldo, no se dignen informar al pueblo llano de los proyectos que tienen para aliviar los problemas que a ese pueblo le crecen. ¿Han oído a alguien decir cómo van a atajar el desmesurado aumento de los precios en la alimentación, en la electricidad o en la vivienda? Y total ¿para qué? si en el 2030 nos daremos de narices con el paraíso. Pero, ¡cuidado!, no salga fulano que… ¡menudo pieza! Como su cuñado y su hermano y su cónyuge y su primo y su colega del cole. Eso es todo el mensaje.

Del resto se encarga un ventilador. El ventilador del estiércol, que se hace girar a la velocidad máxima para que la porquería nos alcance a todos. Acabaremos en escarabajos peloteros con los excrementos a cuestas. Y lo peor es que seremos cómplices. Porque ese pueblo, el elector, no se resigna a perder la esperanza. Y lleva su voto a la rajita con la ilusión de que sirva para cambiar algo a mejor. Después, ¡hala!, date una vuelta y vuelve dentro de cuatro años. Ellos, a lo suyo. Y no reclames por lo tuyo, de la torpeza ningún torpe es culpable. La corrupción pide pan y debe pagar por él, faltaría más. La incompetencia no paga, pero el pan ¡lo devora! A la corrupción puedes soltarle la UCO y que cambie el panorama. ¿No debería haber otra UCO para la incompetencia? Porque, además de lo que representa la incompetencia en sí misma, es una magnifica tienda de disfraces para los corruptos, que si llega el caso se visten de tonto. Puede que den lástima, hasta compasión, algunos que, si les vas a hacer una caricia de consuelo, de la primera dentellada te arrancan el brazo hasta el codo.

Elige con sabiduría y previsión a tus líderes.
Ser gobernado por un cobarde es estar sometido a todo lo que el cobarde teme.
Ser gobernado por un tonto es estar a merced de los que manejen al tonto.
Ser gobernado por un ladrón es ofrecer cuanto tienes para que te lo roben.
Ser gobernado por un mentiroso es aceptar que te mientan.
Ser gobernado por un tirano es venderte a ti mismo y a los que quieres como esclavos
”.

Si les ha gustado esta larga sentencia, no me aplaudan. Y si no, no me tiren hortalizas ni huevos. No están los tiempos para tirar alimentos, más bien para guardarlos en la caja fuerte. En cualquier caso, la sentencia no es mía, sino de Octavia Estelle Butler. Pueden leerla en su “La parábola de los talentos”, su obra capital junto con “La parábola del sembrador”. 1998. Pero vigente, lo que se dice vigente, ¡¡a rabiar!!




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