sábado, 20 de mayo de 2023

ECO.72 LA ESTÉTICA EN EL POLÍTICO

La estética en el político, por Andrés Pérez García

Ocurre a veces que el político no diferencia para nada su condición de hombre público con el de un simple ciudadano. El ciudadano convertido en persona al servicio de una colectividad, de una entidad pública debe ser extremadamente cauto y meticuloso con lo dispuesto o con la filosofía de la disposición dineraria.

Digo esto porque parece ser que algún o algunos/as dedicados a la gestión pública se han beneficiado de los dispuesto en ayudas para aquellos casos de las personas que se supone que están en una situación de vulnerabilidad; es decir, que ellos por el mero hecho de ser familia numerosa se han beneficiado de unas ayudas cercanas a los 200 € anuales como subvención a su delicada condición económica. Una de ellas, con un sueldo más chico ha perdido perdón y ha devuelto lo recibido; el otro, con ese sueldo de casi 100.000€ al año y con un patrimonio de 1.000.000€ se ha guardado lo cobrado y ha argumentado además que tiene perfecto derecho puesto que cumple con el requisito exigido: ser familia numerosa. Se ve que no ha entendido lo que para los griegos en la época clásica y para nosotros debe significar también la estética: “lo estético es bello y lo bello es noble”.

Esto se resolvería muy fácil: la dimisión de esos gestores que aplican estos métodos tan vulgares para aumentar su lucro personal.

Pero al fin y al cabo los que consentimos estos desmanes somos los ciudadanos, pues ya hace un tiempo que pasó “todo vale” y, repito, los ciudadanos ni decimos nada ni hacemos nada. Simplemente lo toleramos y no nos revelamos ante tal desatino y tanta miseria.

Hagamos algo, pongámonos de acuerdo y “luchemos” de la manera que sea, pero luchemos para acabar con esta locura.



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