MADINA MÜRSIYA CUMPLE 1200 AÑOS, por A. Fernández García
La ciudad de Murcia fue fundada en
el año 825 por Abderramán II, (Abd al-Rahman, [792-852]. La dominación
musulmana en la zona duró de 713 -con el Pacto de Tudmir- hasta la rendición de
la capital, sin combate, por Jaime I de Aragón de Aragón en 1266, dividiendo la
ciudad en dos tomando como línea divisoria la calle Trapería. Varias familias
aristocráticas árabes, observando los meandros del Segura, considerado por
ellos de gran caudal, establecieron un avanzado sistema de regadío y se
desarrolló la esplendorosa huerta murciana que ha evolucionado según las
épocas.
Eso permitió un gran desarrollo
cultural protagonizado por prestigiosas figuras de la poesía, el arte y de
varios aspectos del saber superior, alcanzando niveles que se anticipaban a los
que después se considerarían universitarios.
La llegada de almohades y almorávides supuso una aplicación más rígida del Corán y la destrucción de bellas creaciones arquitectónicas y artísticas tanto aquí en Madina Mürsiya, como en la Medina Zahara en Córdoba.
Por eso, el pasado 16 de enero, empezamos nuestra visita a Murcia por el Convento de Santa Clara, edificio que fue palacio de emires musulmanes en los siglos XII y XIII, alcázar de monarcas castellanos y real monasterio de las religiosas clarisas -de clausura- desde 1365 hasta nuestros días. Yo había estado años atrás contemplando su bello Belén.
En las últimas décadas del siglo
XX, casi al mismo tiempo que en Cartagena, se desarrolló el interés entre los
especialistas por descubrir los restos arqueológicos. Estaban convencidos de
que ese convento ocultaba restos de un palacio islámico. En gestiones con las
administraciones municipales y regionales y las propias religiosas, se
consiguió excavar una parte donde aparecían inscripciones y adornos islámicos.
Donde ellas tenían su espacio interior de expansión y algunos cultivos había
habido una fuente y un estanque palaciego.
Recorrimos el claustro donde
admiramos un niño Jesús con un anillo; estas religiosas, al entregarse a la
vida contemplativa, se convierten en esposas de Cristo.
Creo que en ese mismo claustro
admiramos un bello cristo crucificado muerto y de expresión plácida: el Cristo
de la buena Muerte, de Salzillo.
Desde allí nos dirigimos al Casino de Murcia, un lujo artístico todo él. Apenas pasada la puerta de la calle, le parece a uno estar entrando en La Alhambra. Además, nos esperaba un guía muy capacitado y dispuesto. Esta vez este centro me pareció más amplio que en las anteriores visitas. El gran salón abarrotado de cuadros de gran calidad. Entre ellos estaban los de bellas mujeres representando las supuestas clases sociales: la aristocrática, la clase media alta, la clase media baja y la plebeya.
El guía nos hizo notar la influencia inglesa en gran parte del casino, especialmente en la biblioteca o sala de lectura, sala de baile, o el comedor. Éste con mesas y sillas de cristal y una carta de menús cuyo coste no parecía muy superior a los de la calle.
El museo Arqueológico de Murcia, en sus salas de prehistoria e historia antigua es de los mejores, si no el mejor de los que he visitado. Así lo ha afirmado nuestra guía y no me siento capacitado para decir lo contrario. Empieza situando los homínidos en algunos millones de años con imágenes del Australopiteco, Neandertal, Homo erecto, Homo sapiens, cazador y recolector, el invento del fuego, ganadero, cosechero, el neolítico y los asentamientos, la rueda, el carro; la edad de bronce y las armas (flechas, lanzas, falcatas…), los abalorios, los enterramientos, las piras funerarias,…
La Cultura Argárica: Los Millares, La Bastida, La Almoloya… coetánea de otras culturas de otros espacios del mundo ¿por qué desapareció? Al mencionar algunas nuestra guía comenta “de momento sólo tenemos teorías y suposiciones”. Las muestras de cerámica son múltiples de distintas épocas y culturas, para guardar alimentos o funerarias, todas pintadas, algunas muy ilustradas de escenas. Las últimas corresponden al garum en el bajo Imperio Romano.
Después de la comida, abundante y esmerado servicio, nos dirigimos al Centro de Interpretación Madina Mürsiya, para realizar un recorrido subterráneo, por los restos arqueológicos subterráneos del sistema defensivo que rodeaban el perímetro de la ciudad.
Antonio Asensio Velázquez Lajarín, que había organizado de modo excelente esta excursión nos presentó allí a Pilar Garrido, catedrática de la Universidad de Murcia, conocida en varios países europeos y reconocida por la UNESCO por sus investigaciones sobre el islamismo ibérico.
Su intervención fue breve pero
muy sustanciosa. La fundación de Madina Mürsiya con familias aristocráticas,
que había corroborado la guía del convento, ésta lo relativizó con un “no
sólo”. Cuando a su desarrollo añadí que, según la versión de la BBC, la
invasión musulmana de la Península Ibérica supuso la llegada a Europa de la
cultura grecolatina y oriental, especialmente la filosofía de Aristóteles, pues
entonces sólo se conocía la de Platón, esta catedrática me corrigió en dos
puntos claves: la primera es que a esa venida cultural ha correspondido un
generoso retorno porque en nuestra Península se desarrolló un alto nivel
cultural igual o superior al que procedía de allá. La segunda es que entonces, más
que a Platón se seguía a Plotino (205-270). Se me ocurrió mirar en la
Enciclopedia Salvat, edición 2003 y encuentro sobre este filósofo: “es un
pensador que resume la tradición filosófica griega… la filosofía de Plotino
resume y culmina el pensamiento griego, a la vez que le da un giro nuevo al
teñirlo de una religiosidad preocupada por la salvación del individuo a través
del conocimiento del absoluto”.
El doble recinto amurallado Madina Mürsiya cuyos restos pudimos ver tenía unos 18m de altura; la ciudad albergaba unos 20.000 habitantes que con las alquerías del entorno podría alcanzar los 70.000.
Aparte de Abderramán II,
especialmente preocupado por el desarrollo cultural destacó un emir, Muhámmad
ibn Mardanís, apodado el rey lobo, no procedente de dinastía, que dio gran
esplendor a la ciudad.
La visita al espacio museográfico
subterráneo, está guiada, a través de medios audiovisuales, por personajes
históricos de la época como Al Ricotí -uno de los intelectuales y científicos
más importantes del mundo musulmán-cristiano-, la poetisa Amat o el alarife que
construyó la puerta mudéjar.
Al Ricotí, -el Ricote que menciona Cervantes-, aparecerá en el vídeo interpretado por un buen actor; una bella actriz hace de la poetisa Amat defendiendo el amor universal entre las personas por encima de reinos, razas y creencias.
Gracias a Pilar Garrido y una
pléyade de arqueólogos, a unos expertos y amables guías, hemos conocido la
esplendorosa fundación de Abderraman II: Madina Mürsiya. Esa Murcia, que
acercándose hoy al medio millón de habitantes, alberga grandes tesoros
históricos.
Fotos tomadas en Madina Mürsiya
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