SALIDA A LA CONTRAPARADA Y MUSEO DE LA HUERTA DE ALCANTARILLA, por Antonio Velázquez Lajarín
Había ganas de visitar
el museo etnológico y de la huerta de Alcantarilla. Acababa de abrir al
público después de ser restaurado. No había excusas.
Para rentabilizar el
viaje y hacerlo más atractivo acordamos visitar primero la Contraparada
en Javali Nuevo.
Después de una
minuciosa preparación, el jueves 19 de enero, justo cuando comenzaba a
amanecer, partía la expedición hacia los objetivos marcados. Cuando el autobús
realizó la última recogida de pasajeros, su número superaba los 40.
Había cierto temor por
el tiempo que tendríamos, pues el día anterior había hecho viento fuerte y
mucho frío. Hubo suerte y disfrutamos de un hermoso día de invierno, fresquito
pero sin viento y con un cielo azul limpísimo.
Llegamos a las 9 en
punto, justo a la hora acordada, al centro de interpretación construido en el
recientemente remozado paraje donde ya nos esperaban los eficientes monitores
que nos acompañarían e informarían durante parte de la mañana.
En el recorrido
exterior pudimos ver la abundante flora y fauna del lugar, así como algo de
vital importancia como es el arranque de las 2 acequias mayores que pusieron en
marcha los árabes, con su gran dominio de los sistemas de riego y gestión del
agua muchos siglos atrás y que aún siguen siendo eficientes. En el interior del
centro de interpretación pudimos ver de forma interactiva las formas de riego,
los cultivos y tantas otras cosas más de la vida de los huertanos.
No había tiempo que
perder porque nos esperaban junto al museo, y más concretamente, junto a la
famosa noria de Alcantarilla, que no sin dificultad conseguimos que nos
la pusieran en marcha después de mucho tiempo sin funcionar. Este momento gustó
mucho y fue muy celebrado. Después de las pertinentes fotos, iniciamos el
recorrido por la ruta del agua bordeando lugares pintorescos del entorno. A
continuación pasamos a visitar el museo que tanto en el interior como en el
exterior fue un deleite para todos nosotros. Hay que decir que este museo es
uno de los mejores de España en su género.
Las caminatas y las
horas pasadas habían despertado el apetito. Pero lo teníamos fácil, sólo a un
par de cientos de metros se encontraba el lugar donde se saciaría nuestra
hambre y nuestra sed.
Después de un café y
una relajada sobremesa nos dirigimos hasta la plaza del ayuntamiento de la
ciudad donde nos esperaban para realizar una visita guiada por los lugares más
significativos.
Cuando el mismo sol
que nos había dado los buenos días nos decía adiós, cansados pero contentos,
emprendimos el regreso a nuestro querido Rincón, al entorno de la Torre de
Santa Elena, Nuestra Torre.
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