MUROS MILENARIOS, por A.F.García
En la tarde del 17 de
diciembre de 2022, junto con la asamblea anual de ADELA, celebrados en el área
ecoturística de Campillo de adentro, el investigador y experto de esta área Bienvenido
Mas Belén, ha realizado una detallada exposición sobre el tema.
Estos muros o paredes de piedra seca, sin
ningún tipo de masa, debieron aparecer por todo el mundo a partir del
neolítico. Cuando los humanos pasan de ser cazadores y recolectores a
domesticar animales y cultivar la tierra, a ocupar espacios de manera estable.
Los cobijos para los
animales necesitaban vallas y paredes que les resguardaran de los depredadores
y de la intemperie, que para los humanos completarían con barro y masa vegetal.
En los terrenos pendientes para
los cultivos por elementales que fueran necesitarían hacer bancales que
retuvieran la tierra frente a la acción de las lluvias y sus torrenteras
ocasionales.
Para realizar esta labor en
la actualidad debe prever algunas precauciones.
Lo primero es ir adecuadamente
vestido y calzado, sin olvidar la cabeza, las manos y una faja que evite el
deterioro prematuro de nuestra columna. Nos imaginamos que la indumentaria
primitiva y su utillaje deberían ser muy elementales: no pasarían del capazo y
un azadón y una pica o maza, que, según el periodo de evolución podrían
reducirse a una piedra, que, supuestamente, pudiera contar con un mango.
Lo segundo sería acercar una
apreciable cantidad de piedras de muy diversos tamaños y formas.
Lo siguiente sería buscar o
preparar una cimentación segura, excluyendo las masas de derribo o escombros,
sedimentos de aluvión..., porque unas lluvias fuertes o continuadas terminan
por convertir esa masa en un barro que empuja y derriba el muro.
A falta de base rocosa se
debe excavar algo y cimentar con las piedras mayores bien niveladas y forradas
con las piedras adecuadas: debajo, entre piedra y piedra, por la parte
interior.
El hacer esos muros con
piedras sin labrar y sin masa es una labor artesana que exige gran habilidad y pericia
para que nos parezca plana. Es un mosaico nada fácil.
Como se puede apreciar, esta
muestra se encuentra a la izquierda de la senda de acceso a la Torre de Santa
Elena. Es una muestra muy adecuada: sobre dura roca marina, con un ligero excavado
de la poca tierra que cubre la masa rocosa para cimentar en llano las piedras
planas mayores. A partir de ahí, se van trabando piedras de diverso tamaño y
forma sin dejar espacios huecos, que su pueden tapar con alguna piedra de cuña.
Eso también se aplica al relleno interior del muro. Por supuesto, también se debe
cubrirlo con piedras de mayor tamaño y peso.
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