NO me gusta..., el "Y tú más", por Paco Acosta
NO me gusta, el “y tú
más” en la confrontación política. Bueno, tampoco en el día a día de
la gente corriente. Pero, si se trata de los que se dedican a la política lo
considero bastante peor.
Para mí, en el debate político, se deben exponer las ideas, los argumentos propios, que apoyan los programas de cada partido. Y necesariamente, en el curso del debate político, se han de confrontar estos programas, ideas y argumentos, con los programas, ideas y argumentos de los “contrarios”. Para eso se debate en los parlamentos, para que los ciudadanos tengan la capacidad de discernir entre las diferentes opciones. Pero resulta que, con frecuencia, con excesiva frecuencia, sobre todo cuando se trata de exigir responsabilidades, se acude al “y tú más”.
NO me gusta el “y tú más”,
porque impide la autocrítica. Cuando un partido político es criticado
por alguna acción, una omisión o una postura, en lugar de defender su posición,
argumentar sus razones o asumir una posible responsabilidad, recurre a señalar
una falta similar, o incluso peor, en el partido adversario. "Nosotros
hemos hecho esto, sí, ¿pero y ustedes qué hicieron cuando estaban en el poder?"
o "¿Nos critican por corrupción? ¡Pues sus filas están llenas de casos
aún más graves!". Si se está a la defensiva, y señalando al
adversario, los partidos pierden la oportunidad de reflexionar sobre sus
propios errores, y por tanto mejorar sus prácticas.
NO me gusta el “y tú más”,
porque se utiliza para desviar la atención de lo que se está
debatiendo; porque se convierte en una estrategia para evitar la rendición de
cuentas; porque al señalar al otro, se desplaza el foco de la crítica, evitando
que la atención se centre en la propia deficiencia.
NO me gusta el “y tú más”,
porque pretende crear un empate moral. Si todos son "igual
de malos", o si "nadie está libre de pecado", se genera una
sensación de empate moral que diluye la responsabilidad individual y
colectiva. Esto puede llevar a la apatía del ciudadano, que percibe que
"todos son lo mismo".
Si la política se reduce a un
constante "enfrentamiento" de reproches, los ciudadanos pueden perder
la fe en la capacidad de sus representantes para resolver problemas reales. Y
¿es eso lo deseable?
NO me gusta el “y tú más”,
aunque al utilizarse pueda servir para movilizar a las bases.
Para los simpatizantes más fieles, el "y tú más" refuerza el relato
de que el adversario es el verdadero culpable, consolidando la lealtad y
justificando cualquier crítica hacia el propio partido.
NO me gusta el “y tú más”,
porque impide que se aborden los problemas de fondo. En lugar de
discutir sobre soluciones, el tiempo del debate se consume en un cruce de
acusaciones sobre quién lo hizo peor, ahora o en el pasado.
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