ECO.85 AZOHÍA -poema-

Azohía -poema-, por David Ruiz Casado

 

Ya el nombre es discreto

la A es el comienzo

la Z termina el lienzo

y en medio la H guardando tu secreto.

 

Tu figura la pintó un maestro

a tu espalda la montaña

que siempre te acompaña

como majestuoso anfiteatro.

 

Al frente el horizonte no deja rendija

donde el cielo acaricia el mar

puedes soñar, vivir amar

sin que nadie te corrija.

 

Entre el mar y la montaña

una discreta playa con carácter

es sin duda tu alma mater

aunque llegar al agua sea una hazaña.

 

En este místico escenario

personajes se entrecruzan

vidas crecen y maduran

sin importar el calendario

parque de juegos de menores

escondite de adolescentes

rincón de padres dolientes

y paz de nuestros mayores.

 

Agua mansa y cristalina

llena de vida y de matices

donde algas echan raíces

y surfistas queman adrenalina.

 

Se respira una calma serena.

Nada de formalidades

ni uniformes ni autoridades

única jueza: Santa Elena.

 

El cielo bella gama de colores

blanco puro el amanecer

rojos hipnóticos al anochecer

¡que increíble eres!

 

La luna tímida asoma.

Parece algo asustada.

Pero en plena madrugada

se luce, presume, ama.

 

Testigo eres inmutable

de cambio de sociedades

culturas y mentalidades

pero tú, ahí sigues inalterable

 

continúa siendo modesta

lejos del protagonismo

y digo con egoísmo

que al cambio no se presta.

 

Quién te lo iba a decir

cuarenta años antes

desconocida por las gentes

y ahora refugio donde ir

 

¡que no toquen ni una piedra

ni una ola ni una cala!

lo bello no se acicala

esa es su cátedra.

 

Hasta sonidos te evocan:

cadenas de viejas bicis

el futbolín del bar Piscis

¡Qué pena que ya no vuelvan!

 

Sirvan estas líneas de hoy

de pequeños agradecimientos

por construir los cimientos

de lo que ahora soy.