viernes, 12 de febrero de 2021

ECO.58 ¿QUÉ PUEDO HACER POR TÍ? ¿QUÉ PUEDO HACER POR LOS DEMÁS?

 ¿Qué puedo hacer por tí?  ¿Qué puedo hacer por los demás?, por A.F.García


Una pregunta se complementa con la otra. Ése no hace daño a nadie; yo no hago mal a nadie. Tampoco una piedra hace daño a nadie, salvo que te golpees con ella. “No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”. Es una de las normas de comportamiento de la humanidad y se atribuye a Hammurabi. Cristo va más allá: “…todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas” (Mt. 7, 12).

No es raro que muchos de nosotros podamos decir que no hacemos mal a nadie; pero, ¿les hacemos todo el bien que podemos? Yo soy uno de los que puedo decir que pocas veces he hecho daño a otro, al menos conscientemente. Sin embargo, no pocas veces me viene a la memoria con pesar algo que pudiera haber hecho a alguno de mis seres queridos, incluso de mi entorno, y no lo he llegado a hacer.

No son pocas las personas, creyentes o no, que día a día están ayudando a las demás personas a través de ONG o personalmente. En nuestra catastrófica pandemia estoy convencido de que la mayoría de las personas han reaccionado de manera solidaria, incluso con temor a contagio; por supuesto, los que desempeñan servicios públicos con el personal sanitario a la cabeza.

Con la tercera ola que tenemos encima y no dan abasto los mencionados es necesario que colaboremos todos en la manera que podamos. Por favor, no hagamos el común ofrecimiento y luego la no menos común excusa de no haberse enterado.

Yo haría una llamada a los denominados “irresponsables” a que reaccionen con generosa responsabilidad, convocando a sus compañeros del botellón o la fiesta ilegal a acciones de resarcimiento a favor de personas que están o pueden estar en peligro de contagio.

A la espera de que suene la flauta en lo que acabo de decir vamos a fijar nuestra atención en lo que tenemos delante o al lado. En esto estoy convencido que me superáis quienes os tomáis la molestia de leer mis renglones como estoy apreciando en lo que a mí respecta. Mis vecinas más cercanas me superan: se adelantan a lo que necesito y no me atrevo a pedir o prefiero no hacerlo por no molestar. Esa anticipación me impresiona y quisiera que se extendiera entre las personas.


2 comentarios:

  1. El único y real contagio es desconocer la verdad de lo que ocurre cerrar los ojos y esconder la cabeza como un avestruz.

    ResponderEliminar

Se ruega NO COMENTAR COMO "ANÓNIMO"