viernes, 12 de febrero de 2021

ECO.58 AÑO NATURAL 2020

 Año Natural 2020, por A.F.García


Desde el gobierno con mayoría absoluta de 2011-2015 no se ha completado ninguna legislatura ni ha habido gobiernos que se pudieran considerar estables.

El Gobierno salido de la coalición de Socialista y Unidas Podemos, no deja de tener una mayoría y una seguridad precaria, que se va manteniendo y reforzando en la difícil situación de la pandemia, que tal vez se deba al exceso de agresividad de nuestra derecha.

Es de admirar el convencimiento de la necesidad del esfuerzo de ambas partes para llegar a un acuerdo y empezar a funcionar lo antes posible y lo consiguieron el 12 de enero de 2020.

Dos meses después les estalla en las manos el coronavirus. Lo digo así, porque aquello que se pensaba y decía que era cosa de chinos, una epidemia de tantas, que se apagaría allí, en Wuhan, sin más trascendencia. Tampoco se le dio la debida importancia cuando apareció con tanta fuerza en el norte de Italia.

A fecha de hoy, día 7 de enero, pasadas las fiestas navideñas, el coronavirus se extendió por todo el mundo, sobre todo Europa y América, sin perdonar las zonas más desarrolladas de los dos continentes.

Los contagiados en todo el mundo a la fecha rondan los 100 millones y, lo más grave, dos millones de fallecidos.

Nuestro país es uno de los más afectados en todos los aspectos, y tanto en modo porcentual como en modo absoluto: se han superado los dos millones de afectados y los fallecidos se acercan a 52.000 personas, personas que ya no estarán entre nosotros en 2021 ni celebrarán las próximas fiestas navideñas.

Esa desgracia la podemos aplicar a las secuelas socioeconómicas.

En febrero de 2020 había 19.488.378 cotizantes a la Seguridad Social; ahora hay 19.048.433 cotizantes.

En 2020 había 3.246.047 personas en paro (3 de marzo). Ahora hay 3.888.137.

El PIB (Producto Interior Bruto) ha caído un 18,5%.  Sin duda es la mayor caída que yo recuerdo en décadas.

Sin embargo, esto tiene remedio si todos colaboramos con un esfuerzo responsable y solidario en solo dos o tres años; pero los que se han ido no volverán con nosotros; por eso, aunque no ha fallecido ninguna persona cercana a mí, lo considero mucho más doloroso.

La primera ola fue muy dura y nos pilló a todos por sorpresa. La manera poco digna de buscar un responsable y echarle la culpa era más que lamentable.

Cuando a lo largo de mayo y junio se redujo de manera tan evidente nos creímos que todo había pasado, por más que nuestros expertos y los de la OMS nos alertaran sobre una segunda y tercera ola.

Ha llegado y con un contagio más masivo que la primera: las restricciones de las autoridades han sido más suaves; la irresponsabilidad de no pocos ciudadanos fue mucho mayor. Si, por lo que parece, está habiendo menos fallecidos, es, sobre todo, a una mayor prevención de los servicios sanitarios.

Según me estoy enterando, nos está invadiendo la tercera ola antes de haber superado la segunda. Quiero creer que a la tercera va la vencida; y seamos conscientes unos y otros de la gravedad del asunto y que por una vez tomemos en serio lo importante que es la salud y asumamos la responsabilidad, a nivel de Estado, Autonomía… de situarla en la primera de nuestras prioridades. No hacer de ella, junto con la Educación, la cenicienta de turno, de la que se pueda detraer cantidades para otros menesteres de poca monta cuando no de superfluos deleites que nada aportan a la formación o desarrollo de la persona.


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