jueves, 2 de julio de 2020

ECO.54 CENSURA Y OPACIDAD ¡NO!

CENSURA Y OPACIDAD ¡NO!, por Paco Acosta


Ya estamos llegando a una fase de estabilidad en la pandemia del Covid19, y puede que sea el momento de que los que así lo sentimos, elevemos nuestras voces, y quejas, contra la manera autoritaria de haberse gestionado este delicado asunto. No me meto en si la gestión y las medidas tomadas han sido buenas o malas, todo lo eficaz que algunos proclaman o ineficaz según otros, a la vista de los resultados,…

El caso es que a este gobierno le ha tocado este asunto, y se supone que lo han intentado solventar de la mejor manera que sabían o podían. Siempre habrá otros que digan que lo habrían hecho mejor o de otra forma. Y también es verdad que una vez conocidas las consecuencias, siempre se puede hablar, con fundamento, de que se deberían haber tomado otras acciones. Es el sino de los que tienen la responsabilidad de la gestión y la toma de decisiones.

A mí lo que me ha parecido indignante es que el dar cuenta de la gestión o gestiones realizadas, se haya efectuado “a la manera chavista”, es decir sin dar exhaustivas cuentas a los ciudadanos y saltándose los procedimientos que en democracia nos habíamos establecido. Al menos en lo que quiero reflejar en este artículo: censura y opacidad o falta de trasparencia. 

Comenzaré por la “censura”. Es inadmisible que al proporcionar la información de un tema tan importante no se admitan, desde los primeros momentos las preguntas y repreguntas de los medios de comunicación. Y que exista un “censor” que filtre las preguntas que interesa contestar y las que no.

Asimismo es desde todo punto inadmisible que los ciudadanos no podamos enviar y re-enviar “a nuestros amigos” aquella información que queramos, sea cierta, o contrastada, o parcialmente falsa, o incluso un bulo… Pues ¡no!, en lugar de eso se ha instado a los responsables de whatsapp, Instagram y otras redes sociales para que impidan la circulación masiva de aquellas “noticias” que, según dicen las malas lenguas, perjudicaban o criticaban la gestión del gobierno. Estamos en democracia y si alguien comete un delito con la difusión de alguna “información cierta o falsa” hay que denunciarlo y que sean los jueces los que lo juzguen. ¿Es que se tiene miedo a la libertad de opinión? ¿Volvemos a la época del NO-DO?

Y qué decir de la “opacidad” o falta de trasparencia en la gestión de lo público. Se ha cerrado el Portal de transparencia, donde se deberían publicar y estar perfectamente documentadas todas las contrataciones de la administración. Es la garantía de que los contratos se realizan según los procedimientos establecidos, por los importes correspondientes, adjudicados a las empresas idóneas, con las fechas de pedido y suministro,…. A día de hoy no se sabe el detalle de todas las contrataciones de material, ciertamente necesario y urgente, de aquellos elementos que se han precisado para afrontar la lucha contra el coronavirus. ¿Hay algo que ocultar?

Y como un tema mixto de censura y opacidad, comentaré de pasada que tampoco se ha divulgado la composición del tan cacareado comité de expertos cuyos informes han servido para la toma de decisiones tan importantes como las que hemos sufrido los ciudadanos en estos meses de confinamiento. ¿Realmente eran expertos?

Posiblemente los lectores echen en falta algún comentario relativo al número “real” de fallecidos como consecuencia del covid-19… Me conformo con indicar aquí que cada vez que se trata de este tema, se pone la muletilla de “según las cifras oficiales…”

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