martes, 15 de mayo de 2018

ECO.41 Nos merecemos algo mejor


NOS MERECEMOS ALGO MEJOR, por A.F.García


Los catalanes se merecen algo mejor; y los españoles, todos, nos merecemos algo mejor. Tal vez algunos políticos merezcan un gran aprecio de su pueblo: Ghandi, Nelson Mandela…, aunque dudo que ese aprecio deba llevar consigo la paralización prolongada de ese país. De quien estoy convencido que no lo merece es de alguien que, incapaz de asumir sus responsabilidades políticas, abandona a sus súbditos en un momento difícil y se refugia en otro país. Sería bueno que se recordara cómo eran considerados estos personajes en el mundo greco-romano y que lo recordaran algunos catalanes como el que hace la siguiente declaración, y tal vez no es de los más radicales: “la persecución contra el presidente Puigdemont y el resto de exiliados es una persecución contra el pueblo de Cataluña, contra la democracia". Es asombroso este grado de mitificación en el siglo XXI, en una sociedad supuestamente muy avanzada. No envidio la amplitud de miras de personas así. Yo me siento ciudadano del mundo.

Estas personas se han embarcado en una aventura irracional, que llaman procés, saltándose sus propias normas democráticas, soslayando el juego limpio que corresponde a un proceso de tal envergadura y transcendencia. Hasta ese referéndum del que tanta gala hacen se ha llevado a cabo sin las más elementales garantías exigibles.

Insisten en hablar de democracia, de derechos humanos, mientras que representando a menos del 50% de los catalanes, mantienen actitudes hostiles, de intolerancia y presión sobre los que no piensan igual, muy propias de regímenes totalitarios, no tan lejanos en la historia.

De verdad, los ciudadanos catalanes de tan brillante historia en artes, ciencias, comercio, deportes, letras… se merece algo mucho mejor que este lamentable procés sin horizonte. Sin embargo, aún espero, convencido, de que se imponga el sentido común y algunos de estos líderes catalanes vuelvan sus ojos a esa mayoría de catalanes, que no alborotan por las calles, no bloquean las vías públicas ni intimidan, y se ocupen del bien todos, partidarios y oponentes.

¿Qué hace mientras el gobierno del Estado? ¿Ha tomado alguna iniciativa constructiva, de dialogar y saber escuchar sin condiciones? En estos casi siete años ha estado encerrado en su autosuficiencia y prepotencia, mirándose el ombligo y menospreciando no solo al adversario político, sino a la inmensa mayoría de los españoles, sin querer ver y escuchar, sin dar muestras de enterarse de la germinación y desarrollo del actual problema catalán ni del grave empobrecimiento de la mayoría social del país. Le ha sobrado orgullo y autocomplacencia y le ha faltado sentido de la justicia, habilidad e imaginación para velar por todas las personas y todos los problemas, tender la mano y tender puentes. Le ha faltado en esto lo que la capacidad y habilidad que le ha sobrado para lucrarse de los bienes públicos esquivando la Ley y la Justicia.

Uno recuerda a este respecto lo que Gerald Brennan, un escritor inglés amigo de nuestro país, en su ”El Laberinto Español” afirmaba que “el pueblo español es un pueblo vigoroso, el más vigoroso de Europa, pero no tiene suerte con sus gobernantes”. Vaya esto por el conjunto del pueblo español, incluidos los catalanes.  


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