ECO 40. Las marcas de La Almadraba

LAS MARCAS DE LA ALMADRABA, por Josué Pérez

Como continuación del artículo anterior en el boletín ECO 39 sobre las marcas de “la milla medida”, situadas en la zona agrícola, junto a la senda litoral, entre la rambla del Cañar y la rambla Honda, y que servían para las mediciones náuticas de barcos y submarinos de la Armada, hay que resaltar la existencia de otros mojones de marcación, más pequeños en este caso, y que se encuentran situados por encima de la playa de La Chapineta, en una zona de antiguos bancales abandonados y cubiertos de matorral, que en la actualidad se utiliza de aparcamiento salvaje de caravanas durante todo el año y de vehículos de bañistas durante el verano.

En la fotografía adjunta tomada este último verano se pueden ver estas marcas tronco-piramidales, su composición de argamasa y arenisca que se va descomponiendo por la base, alineación formada entre ellas, dirección y dimensiones.

Estos dos grandes mojones de marcación de La Chapineta se complementaban con otras dos marcas en la zona del Corralón, acantilados a mitad de camino desde la Torre de La Azohía a Cala Cerrada, y que servían para establecer la posición del copo de la almadraba, donde se cortaban las dos alineaciones que partían de cada par de marcas, y que venía a quedar en su posición actual delante de la Punta de La Azohía. Así, se comprueba en la carta hidrográfica de los años 70, del Instituto Hidrográfico de Marina.

Como el anterior articulista decía sobre las marcas de la milla medida para los barcos de la marina, cada vez se van deteriorando más estas marcas para los barcos de la almadraba, con desconchados y roturas importantes de su base. Ahora, en invierno, es difícil distinguirlas entre las innumerables caravanas que hay a su alrededor, y que por desconocimiento no las tratan debidamente y llegan a utilizarlas para atar cables y cuerdas de secar la ropa, sombrajes, apoyos, etc.

Tanto para las marcas de la milla náutica, como para las marcas de la almadraba, resulta urgente reclamar a las autoridades municipales su arreglo y conservación como elementos patrimoniales, y la colocación de carteles explicativos sobre su construcción, funciones y características para que por todos los visitantes puedan ser valoradas y respetadas.