Historias del Cantón Murciano: El Cantón en la viñetas humorísticas de la prensa nacional, por Paco Acosta
La revolución cantonal, y en
concreto lo que sucedía en el Cantón Murciano fue seguido, con bastante amplitud
y detalle, por la prensa nacional e incluso internacional. Los propios
dirigentes de la sublevación cantonal en Cartagena, consideraron de vital
importancia la divulgación de lo que ocurría. Por eso, pocos días después del levantamiento,
proporcionaban informaciones, que publicaban en un diario oficial de la
revolución, al que denominaron “El Cantón Murciano”.
En la prensa de la época, las noticias de cierta importancia, de las que escaseaban las imágenes fotográficas, solían acompañarse con imágenes “dibujadas” que ilustraban los principales artículos. Así se representaron episodios, personajes y escenarios relacionados con lo que acontecía en el día a día cantonal.
Pero además de estas imágenes “serias”, la política en general y en concreto el movimiento cantonal, fue objeto de variadas representaciones humorísticas o satíricas que a modo de caricatura crítica de los principales personajes involucrados, pretendían ilustrar los acontecimientos que estaban ocurriendo.
En algunos periódicos, estas viñetas, confeccionadas por reconocidos dibujantes, eran esperadas, seguidas con interés y comentadas por bastantes de los lectores. Incluso hubo publicaciones especializadas en este tipo de ilustraciones.
En la prensa “seria” aparecieron grabados con acontecimientos como “el vapor Vigilante es apresado por la fragata prusiana Frederich Karl”, “el bombardeo Almería”, “combate naval”, “bombardeo de Alicante”, “sitio y bombardeo de Cartagena”,…
Sin embargo lo que quiero mostrar
en este artículo son viñetas satíricas, cargadas de intencionalidad política.
Los personajes, líderes cantonales y del gobierno central, son presentados
mediante caricaturas, generalmente poco respetuosas.
¡Señor Maestro, Ojo con esos nenes! (publicada 9 julio 1873) |
Esta viñeta apareció pocos días
antes de producirse la revolución cantonal. Pí y Margall -presidente de
la república-, en el centro, es incapaz de poner orden en su clase, en la que
como niños aparecen los federalistas revolucionarios y los “futuros” líderes
cantonales Antonete Gálvez (con barba) y el general
Contreras (agachado). El otro maestro -el que mantiene ordenada a su
clase- representa a Nicolás Salmerón, que, el 18 de julio, sucedió a Pí
y Margall tras su dimisión cuando se produjo el levantamiento cantonal.
Focos de insurrección (julio 1873) |
Salmerón, con los brazos
en alto, se ve incapaz de controlar los focos de la insurrección. Al general
Contreras espada en alto, le acompañan los levantamientos de Salamanca,
Alcoy, Andalucía, Cuba, Murcia y Valencia. Al fondo la flota sublevada de
Cartagena, con Prusia al acecho, dispuesta a intervenir. La República llora…
Si no castigas a estos rapazuelos nos van a perder la
niña (agosto 1873) |
España pide a Salmerón el
control de los Cantonales (aparecen el general Contreras y Antonete
Gálvez, como niños que juegan a la guerra). Castelar sujeta, y parece
reprender, a una República niña, enfurruñada. En el cuadro de la pared, una
España a punto de romperse por las guerras: Cuba, Marruecos, carlista y
cantonal, tiran cada uno por su lado.
Gran compañía pirática-acrobática-cantonera… (agosto 1873) |
El ilustrador considera la
revolución cantonal como un circo, con el general Contreras y Antonete
Gálvez en el centro. En una de las pancartas aparece el bombardeo de
Almería. Ha pasado un mes desde el levantamiento cantonal, y no parece que se lo
tomen en serio…
A mar revuelto ganancia de cantoneros (septiembre 1873) |
Un general Contreras
agigantado, con cañones como piernas controla el estrecho de Gibraltar. Bajo él
la fragata Victoria, que se le escapa -había sido apresada por los británicos
tras la incursión a Málaga después del bombardeo de Almería-. El cuerpo de
Contreras es una gran hucha en la que se lee “Cantón Murciano Contribuciones”.
Estas contribuciones eran los “impuestos” que los cantonales reclamaban en sus
incursiones.
Una situación apurada (octubre 1873) |
La República, que ha naufragado,
está en peligro y Castelar se apresta a salvarla del monstruo del
Cantón, cuya cabeza es el general Contreras. La plaza de Cartagena,
erizada de cañones está próxima. Algo más lejanos acechan Cataluña y los
carlistas (Navarra y Vascongadas).
Liquidación forzosa (noviembre 1873) |
En el puerto de Cartagena se
están liquidando los bienes incautados por los cantonales en sus incursiones.
El general Contreras sentado lee el periódico “El Cantón Murciano” y Antonete
Gálvez con la banda de “generalísimo” permanece en pie.
Bombardeo de Cartagena (diciembre 1873) |
Las tropas gubernamentales, que
cercaban Cartagena, causan estragos con los continuos bombardeos. Antonete
Gálvez, con su banda de generalísimo, y el general Contreras no
parecen controlar la situación. Los bombardeos duraron mes y medio.
Tras la capitulación, en enero de 1974, la prensa satírica continuó publicando viñetas. No era momento de presentar la desolación en que quedó Cartagena, con gran parte de sus edificios destruidos y los responsables huidos.
El general Contreras, junto con
Antonete Gálvez, y buen número de los principales cantonalistas implicados en
la revolución, consiguieron, antes de la rendición, embarcar en la fragata
Numancia, y llegar a Orán, donde quedaron bajo el control de los marinos
franceses.
Las últimas viñetas relacionadas
con el Cantón, representaron entonces un orondo general Contreras en el exilio
de Orán, vestido a la musulmana, vendiendo babuchas o realizando trabajos
forzados…
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