lunes, 23 de diciembre de 2019

ECO.51 ¿Se está muriendo el Mar Menor o lo estamos matando?


¿Se está muriendo el Mar Menor, o lo estamos matando?, por Paco Hernández


 

Tras difundirse por todo el mundo las imágenes de peces muertos, hoy sábado 19-O he desayunado escuchando en Radio Nacional, la entrevista que hacían a Jordi Camps, científico y profesor de la Universidad de Barcelona. No puedo, ni quiero hacer referencia a todas sus manifestaciones.  En general, venía a decir que se culpa de ello a los políticos, pero que, en realidad éstos pueden hacer muy poco, de la misma forma que intentan disminuir los accidentes en carretera desde la D.G.T. con escasos resultados, y que el mar ha cambiado en función de los cambios del continente (aumento de población, industria...) y que es muy poco lo que podemos hacer contra esto, llevándonos, sin decirlo claramente, a que no se puede hacer nada. Si pensamos de esta manera, no merece la pena enfrentarnos al cambio climático, a limpiar el mundo de plásticos o al peligro nuclear que acabaría, irremediablemente, con la vida en el planeta y quizás con el planeta también. 

Todo esto me ha hecho recordar un congreso de ecologistas murcianos que se celebró en el Hotel La Cumbre de El Puerto de Mazarrón, hace tres o cuatro años, al que se invitó a quien quisiera asistir y que no tuvo mucha audiencia.

Al contrario que el Profesor de Barcelona, algunos ecologistas que llevaban muchos años luchando en la zona, centraban la mayoría de sus quejas en los políticos de la Comunidad Autónoma murciana, que permitían, toleraban o ignoraban, que en la ‘Comunidad’ se incumplieran la mayoría de las normativas nacionales o europeas sobre el medio ambiente y que esto era debido a que Murcia se regía por la política nacional de derechas más rancia: El caciquismo y el amiguismo. Fulano, empresario, terrateniente, alcalde…manda en esta zona y hace lo que le da la gana, principalmente perseguir a los ecologistas, porque son unos gandules que están contra el progreso etc.

En el Congreso, se trataron muchas cosas, también de la situación ‘dramática’ del Mar Menor, empezando por las consideraciones particulares de esta laguna costera, que tradicionalmente, tenía poca renovación de aguas y unas pesquerías que, desde muy antiguo, se situaban en la zona de la “encañizada”.

1) El Mar Menor no parece haber sido demasiado afectado por los residuos de las antiguas minas de la Unión-Cartagena, que le han llegado históricamente a través de los torrentes. 

2) Las primeras agresiones que comienzan a alterar las condiciones de las aguas del Mar Menor se producen con el boom de la construcción de hoteles y apartamentos en La Manga, sin que se tenga registro de cómo se gestionan las aguas residuales que estas construcciones producen, tanto en la franja arenosa entre mares, como en el arco de nuevas urbanizaciones que surgen junto a los pueblos o aldeas que ya existían en el entorno de la laguna. (Al parecer no hay registros claros de depuradoras, emisarios, control de vertidos etc.)

3) En este tiempo se hizo una obra de importancia: El puerto Tomas Maestre, construido en el interior de la laguna, con dos recintos según las dimensiones de los barcos que atracan, cubriendo un total de más de 50.000 m2 y con un amplio canal de acceso de unos 30 metros de ancho por 4 de profundidad, en la zona del Estacio. No se saben los cambios que esto pueda haber causado en la salinidad de las aguas, ni en la flora ni en la fauna del Mar Menor. Pero debe de haber sido muy grande.

Recuerdo claramente las descripciones y comentarios con sorna que se hacían en el congreso ecologista sobre la guerra que estaban manteniendo las autoridades contra las invasiones de medusas. Empezaron por proteger las playas con redes y terminaron por ocupar toda la laguna, con redes fragmentadas en pequeñas parcelas. Aún así no se conseguía frenar las invasiones…

4) Quiero resaltar que, con ser todo esto importante, lo más destacable es que no se tenga un inventario completo sobre las actuaciones con las aguas residuales: lista de depuradoras, tratamiento, emisarios, etc. en toda la zona. Personalmente tengo una cierta fijación con ello porque nací en Fuente Álamo, en el Campo de Cartagena ‘interior’. Allí se instaló hace muchos años una depuradora de aguas. Pero hace muchos también que se cerró y se abandonó. Pues bien, no he podido enterarme de qué se hace ahora con las aguas residuales y cuando hago el comentario a algún conocido o familiar, me contestan diciendo que “eso está solucionado y no hay ningún problema”
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5) Por otra parte, la Rambla de Fuente-Álamo recoge la mayoría de las aguas del amplio municipio y, cuando se acerca al Mar Menor, cambia de nombre por Rambla de El Albujón, es curioso, y va a desembocar entre Los Alcázares y El Carmolí. Desde hace más de 40 años, también se advierte de la emergencia del ‘Cambio Climático” y quizás deberían haberse hecho obras o infraestructuras en previsión de inundaciones en la zona. No vale con satisfacer mediante indemnizaciones a las personas que han tenido daños en la vivienda, o han perdido muebles y electrodomésticos. Esto es lo que hacen los malos políticos para conseguir gratitud a corto plazo. Pero lo importante es que se realicen las actuaciones necesarias para impedir inundaciones y evitar así que se pongan en riesgo vidas humanas. También en esto es mejor prevenir que curar.

6) Hace muchos años que se anunció en estas tierras la llegada de agua para riego proveniente del trasvase Tajo-Segura. Dejo en el tintero contar lo que fue la llegada a mi pueblo del agua del Taibilla, cuando nos abastecíamos fundamentalmente de agua de aljibes que terminaban corrompiéndose todos los veranos.

Con el trasvase, se inició una revolución agrícola que sustituyó los almendros, higueras y olivos tradicionales por nuevos productos hortícolas que se trabajan intensivamente: lechugas, coliflor, habas, melones, sandías, alcachofas… y otros nuevos como el brócoli, tomates especiales…Requiriendo grandes inversiones en maquinaria y tratamientos. La mayoría de los agricultores se endeudaron con los bancos, pero también podían obtener buenos ingresos. La base de todo era disponer de agua a buen precio. Los campos se llenaron de tuberías de reparto del líquido elemento. Y la cosa funcionaba… hasta que empezó a escasear el agua que se obtenía tras enfrentamientos entre autonomías.
 

Pero en los terrenos agrícolas cercanos al Mar Menor la capa freática estaba a poca profundidad. El agua se filtraba desde el mar y se mezclaba con los restos del agua para riego del subsuelo. El problema se podía solucionar instalando unas desaladoras que ofrecían empresas especializadas. Y los agricultores volvieron a endeudarse con los bancos. Pero no eran legales, porque necesitaban disponer de un tubo que expulsara los restos salobres de alguna manera. Entonces se pusieron tubos que evacuaban al mar, en lugares ocultos, además de salmuera, los nitratos y otros restos de abonos, pesticidas, herbicidas etc. que se habían filtrado con el agua de riego llegado al subsuelo…Y los agricultores comenzaron a incurrir en actuaciones ilegales… ¿Qué podían hacer para alimentar a las familias y pagar las deudas a los bancos?

 Las aguas del Mar Menor aumentaron probablemente en salinidad y seguro en la cantidad de venenos varios que he mencionado… hasta que ha comenzado el colapso. Las aguas cristalinas se han vuelto verdosas u opacas, crean espuma en unos lugares, en otros huelen mal… Las algas marinas mueren, y los peces y seres vivos mueren porque ya no pueden respirar…

En conclusión: ¿qué pueden pensar los veraneantes españoles o extranjeros que ocupan los hoteles, los bloques, las urbanizaciones… en torno al Mar Menor? ¿Qué pueden pensar los que viven todo el año? ¿O los pescadores?...

¿Quién, entre tantos ratones, será capaz de poner el cascabel al gato? ¿Quién puede aportar soluciones integrales para siempre, o al menos para los próximos 50 o 100 años?

Es difícil confiar en encontrar soluciones para el Mar Menor cuando no se ha hecho nada eficaz durante tanto tiempo. Es necesario un plan que logre invertir la situación de manera inmediata. No se puede eternizar el problema como el del hotel “Algarrobico” o de la mina de Aznalcollar, o las marismas de Doñana que producen una afección parecida…

Es necesario contar con un panel de buenos científicos capaces de encontrar soluciones, y el compromiso de aplicarlas de manera inmediata en la práctica, que implementen ingenieros capacitados…y ¡cuidado con los políticos!, la mayoría son vividores (de chupar del bote) con muy poca capacidad y ninguna responsabilidad, salvo excepciones.


P.D. Con posterioridad a la redacción de este texto, he recibido vídeos mostrando vertidos ilegales de la depuradora de San Pedro, de la de Torre Pacheco y otros.
 


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