Música, por favor: La electrificación de Bob Dylan, por José Rodríguez Millán
Como en todos los ámbitos de la
vida, hay momentos especiales que marcan un antes y un después en la
historia. En la música moderna hay
bastantes: el descubrimiento de Elvis Presley por la secretaria de Sun Records,
el viaje de los Beatles a EEUU en 1964, el punk rock de 1977, la electrificación de Miles Davis en 1970 con
“Bitches Brew”… Ahora vamos a recordar otra electrificación que marcó época: la
de Bob Dylan en el festival folk de Newport de 1965. Probablemente, los
artistas que más han influido en la música moderna desde los años 60 son los
Beatles y Bob Dylan.
La invitación para actuar en el
festival ofrecía la oportunidad de actuar ante un público “enrollado” y ante
periodistas de todo el mundo. El festival de 1965 se había convertido en el
centro de la cultura americana aquel verano. Era dirigido por una junta de
veteranos folkies de Nueva York: Alan Lomax, Pete Seeger, Peter Yarrow (éste,
menos veterano) y algunos más.
Las reglas que determinaban a
quien se invitaba eran estrictas, venciendo en abril de cada año. Yarrow
presentó en junio a la junta la actuación de la Paul Butterfield Blues Band, lo
que no les cayó en gracia, ya que, además de que la petición llegó tarde, los
de Paul Butterfield eran jóvenes que tocaban con instrumentos eléctricos y
amplificadores. Los miembros de la junta reverenciaban a los antiguos
intérpretes de folk, pero desconfiaban de los jóvenes que los imitaban.
Hasta este momento, los de la
vieja guardia consideraban a Dylan como un joven cantautor acústico que
escribía poderosas canciones sobre la justicia, el racismo y la guerra. En el
cierre del festival de 1963 cantó junto a Pete Seeger y Joan Baez canciones
populares, con lo que estaban encantados, pero Dylan ya empezaba a escribir
sobre cosas que ya no se entendían fácilmente; por ejemplo, sobre su vida
interior. Acababa de grabar el disco “Highway
61 revisited”, que sonaba a desafío hacia el viejo mundo folk. En el festival de 1965 ensayó tres temas con
la Paul Butterfield Blues Band. Los puristas del festival estaban muy
mosqueados.
El festival duraba cuatro días,
con conciertos cada noche y talleres de música durante el día. La primera
aparición de Dylan fue en el taller de composición, donde apareció con su
aspecto familiar de trovador acústico. Pero no llevaba una camisa de trabajo y
vaqueros, como antes, sino ropa casi hippy, lo que ya parecía una provocación
para algunos. En el taller de blues, la banda de Butterfield hizo un pase
ruidoso -el volumen llegaba a otros escenarios- pero triunfal.
El concierto final de Dylan era
el domingo por la noche. Empezó a tocar con la Paul Butterfield Blues Band los
tres temas que habían ensayado. El volumen nos parecería bajo en la actualidad,
pero entonces fue lo más alto que se había oído nunca. La junta ordenó bajar el
volumen para la segunda canción, pero en el control de sonido (donde estaba
Yarrow) los técnicos, que sabían que estaban viviendo algo histórico, se
negaron.
Tras la tercera canción, Dylan
dejó el escenario. En general, a todos les había apabullado el volumen y la
brillantez de la música. Unos querían más y otros abucheaban. Pero el cambio ya
había llegado. Dylan salió de nuevo al escenario para terminar su concierto,
esta vez sólo con guitarra acústica. Tras él, otros artistas salieron al
escenario, pero nadie les hizo demasiado caso.
Ni el mundo de los festivales ni
el de la música popular fueron los mismos desde la noche del 25 de julio de
1965. Antes de esto había rock’n’roll clásico, música pop, canciones de amor,
blues… Esto era distinto. Esto fue el nacimiento del rock. No hubo acuerdo
sobre si la actuación eléctrica de Dylan era buena o mala, pero los aficionados
no tuvieron más remedio que seguir sus ramificaciones hacia el futuro.
Por cierto, esto está sacado del
libro “Bicicletas blancas”, de Joe
Boyd, productor ilustre y técnico de sonido de aquel festival de Newport de
1965. Recomiendo encarecidamente su lectura. Las recomendaciones musicales de
esta entrega son:
Revolver (The Beatles)
Kind of blue (Miles
Davis)
Before the flood (Bob Dylan and The Band)
Never mind the bollocks (Sex Pistols)
Ambient 1: Music for Airports (Brian Eno)
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