LA
BASURA DE LOS LUNES, EN EL PALMERAL DE SAN GINÉS, por Paco Acosta
El Palmeral de San Ginés, situado al final
del espléndido paseo de La Azohía, es una magnífica zona de recreo para el
disfrute familiar durante los fines de semana. Además de la siempre agradable
sombra de las palmeras, la amplitud y tranquilidad de la zona, la existencia de
bastantes bancadas donde acomodarse para comer, la proximidad del mar e incluso
la facilidad para dejar los vehículos – y transportar sin demasiado esfuerzo
los trastos- en un espacio no excesivamente lejano (un aparcamiento conquistado a una zona sin edificar, y
por tanto, ni regulado ni señalizado como tal), hacen que los fines semana,
aquello se vea muy concurrido. Por cierto, sería conveniente colocar alguna
señal de prohibido el paso para evitar que los más prepotentes y menos
respetuosos lleven sus vehículos hasta el mismo palmeral.
Otros ya han comentado que siempre hay
imprudentes, que, tras juntar unas piedras y recoger unas maderas y ramas secas
de los alrededores, se animan a hacer fuego para preparar la paella o hacer una
barbacoa, a riesgo de que, con la no suficientemente calculada colaboración caprichosa
del viento, sea levante o lebeche, provocar un incendio de
consecuencias irreparables en la única zona arbolada que tenemos en el litoral
de Bello Rincón. Dado que allí no hay indicaciones que lo prohíban, habrá que
seguir confiando en la providencia para evitar tener que lamentarnos con
posterioridad. Mejor sería poner cartelería al efecto.
También ha habido quien ha mencionado que
aguantar bastantes horas del día, aunque se esté disfrutando de la brisa
marina, conlleva a los cuerpos la necesidad de “desprenderse” de algunos
elementos, líquidos o incluso sólidos. La frondosidad de la zona, donde
desemboca la rambla próxima, es buen testigo de la frecuencia de estas idas y
venidas desde el palmeral. ¿Sería demasiado solicitar “de quien corresponda” el
que se coloque allí alguna caseta al efecto? Y vaciarla de vez en cuando, claro.
Por otra parte, afortunadamente, allí hay
bastante contenedores azules (“papeleras”, como las que hay a pie de playa)
para depositar los residuos de las comidas. Posiblemente (¿?) hasta tengan
capacidad suficiente para albergar todos los restos que se generan allí, y no
sea necesario colocar más. Pero…
Siempre hay un “pero”, sobre todo cuando algo
no ha estado bien previsto / dimensionado. ¡Por las reducidas “bocas” de estos
contenedores no caben las abultadas bolsas con los desperdicios generados en la
comida! Tras varios intentos, el “educado dominguero” opta por dejar su bolsa a
pie de contenedor…, mientras éste permanece casi vacío…. Así una familia tras otra.
Luego los perros sueltos, gatos y otros animales se encargan de dispersarlas…
En la foto que se adjunta se puede ver el
aspecto que tienen estos contenedores los lunes por la mañana, ya cerca del
mediodía, que es cuando pasan a vaciarlos. No estaría mal colocar en la zona
algún contenedor “verde”, de los grandes, y evitar imágenes como ésta.
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