sábado, 7 de julio de 2018

ECO.42 Las Salinas del Puerto de Mazarrón


LAS SALINAS DEL PUERTO DE MAZARRÓN, por Paco Acosta

Continuando con esta serie “histórica” de antiguas infraestructuras, hoy desaparecidas, de mi pueblo –Mazarrón-, hoy quiero recordar una que llegué a conocer. Se trata de las Salinas del Puerto.

Por si alguien no lo sabe, las balsas de las salinas -estanques de poca profundidad- estaban situadas en esa zona llana, actualmente edificada en gran parte, que se extiende desde ese montículo gredoso de La Cumbre en el Puerto, siguiendo paralela a la costa, por detrás de las playas de La Isla y sus montículos, de La Reya y de Nares. Hacia el interior no se agrandaba en demasía. En la foto adjunta, de 1956, se puede ver su extensión.

 


En la zona del Puerto se encontraba una instalación completa de molinos de trituración, así como las modestas oficinas, y junto a ellas se acumulaban las montañas de sal, preparadas para su carga y salida.
No voy a mencionar aquí, los volúmenes de producción, ni siquiera su importancia económica para Mazarrón, que la tuvo y en su día fue ciertamente significativa. Sin duda la, en mi opinión, muy deficiente urbanización realizada en la zona -iniciada esperanzadoramente por la denominada Ordenación Bahía, con chalets independientes y poca edificabilidad- que ocupa buena parte de la anterior superficie de las Salinas, ha contribuido a “mejorar” la situación de las arcas municipales... Pero tampoco voy a centrarme en la importancia “ecológica” perdida con el desecado de estos humedales artificiales, aunque por mi parte aún recuerde las bandadas (de no demasiados individuos, hay que aclarar) de flamencos rosa -y algún que otro martín pescador- que, en mi juventud, veía reposar en las aguas recién entradas del mar.

El agua salada entraba en esas primeras balsas por unos canales situados poco antes de llegar a Nares (a la altura de La Pava), alimentándose por dos procedimientos.

Uno, el “primitivo” o “natural”, era aprovechar los oleajes. Para ello, y aún se pueden ver y visitar, se habían realizado unas galerías horadando la roca de La Pava, de manera que el batir de las olas del mar iba alimentando con agua esos canales, que al estar diseñados con la adecuada pendiente iba pasando a las primeras balsas de calentamiento. Pasado un tiempo en estas balsas, el agua, debido a la evaporación, iba incrementando su salinidad y se trasvasaba a otras balsas, hasta llegar a las de cristalización.






El otro procedimiento de alimentación de agua salada, para cuando no había suficiente oleaje que hiciera entrar el agua de manera natural, era a través de un motor y un pozo, situado junto a los mismos canales mencionados antes. Los críos de la zona le llamábamos el “motor del pim-pam”, pues en su funcionamiento resonaba constante y monótonamente algo así como PIM-PAM-phouf-phouf-PIM-PAM-phouf-phouf-...




El máximo apogeo de las Salinas del Puerto se sitúa a principios del siglo XX y mantuvieron su actividad hasta la década de los sesenta.

Como curiosidad he encontrado que en la concesión del terreno para Las Salinas, en 1875, se estableció que debían “respetarse los caminos y demás servidumbres públicas existentes”. Cosa que no debió ocurrir, pues en 1876, una resolución del Ayuntamiento de Mazarrón refleja que se deben “respetar los caminos existentes dentro de la concesión efectuada a Las Salinas”. Poco después la dirección de Las Salinas solicita del Ayuntamiento que fije los caminos de servidumbre que deben conservarse. Ignoro si entonces se fijaron con claridad y precisión, y éstos fueron aceptados por Las Salinas, pues el asunto, junto con el que afectaba al trazado del ferrocarril entre Mazarrón y el Puerto, formó parte de un litigio entre partes que aparentemente quedó resuelto judicialmente en 1885. No obstante esta controversia continúa en 1906, donde, en otro acuerdo del Ayuntamiento, se menciona “la ocupación de terrenos […] y caminos que cruzan Las Salinas, que son de dominio público y deben dejarse expeditos”. A partir de ahí no he encontrado nada más sobre el asunto, aunque puedo atestiguar que en las décadas de los 50 y 60 del S.XX, el paso entre las balsas de Las Salinas estaba permitido y lo utilizábamos como atajo, evitando la siempre peligrosa carretera, para llegar andando desde Nares al Puerto… ¡Qué recuerdos de aquellos grupos de chiquillos en fila para asistir en los atardeceres de verano al cine Avenida en el Puerto! Y también, al terminar el cine, regresar a Nares en sentido contrario por el mismo camino, en la oscuridad de la noche, sin alumbrado alguno, y con miedo a resbalar y caer en alguna de las balsas…





Cuando ya había empezado la construcción de casas en la Ordenación Bahía, a finales de los 50, aún quedaban algunas balsas con sal en la zona más cercana al Puerto. 

1 comentario:

  1. Vivo en vacaciones en Puerto Mazarrón y me parece magnifico el trabajo de documentación que has hecho. Leo sorprendida y con gran interés, todo lo que has publicado. Mis felicitaciones !!!

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