Toponimia de La Azohía y el campo de Cartagena (III), por Ginés Mota
(Continuación) (pasar a parte I) (pasar a parte II)
A finales del siglo XVII y durante todo
el XVIII, se produce la repoblación definitiva del Campo de Cartagena, hasta
entonces muy débilmente poblado, a pesar de los esfuerzos realizados durante el
siglo XVI.
Es con el asentamiento permanente por la
llegada de nuevos pobladores, cuando se genera una tupida malla toponímica
basada en los propios apellidos.
No es que antes no se usaran los
apellidos para bautizar un lugar; recuérdense los casos de Torre Pacheco o
(Pozo de) Sucina (de Solzina, apellido catalán), pero ahora se pluraliza el
apellido para aludir a la familia residente en él, de manera parecida al uso de
época árabe, reflejado en los topónimos comenzados por Beni-. Surgen así
denominaciones como los Nietos, los Belones, los Pérez, los López, los Rosiques,
los Avileses, los Garcías, los Díaz, etc.
De todas formas, en la mayoría de los
casos, estas denominaciones parecen ser abreviaturas de otras anteriores del
tipo de La(s) Casa(s) de los Nietos, la(s) Casa(s) de los Pérez, etc.
Y por fin es ya durante el siglo XVIII y
XIX cuando los topónimos van adquiriendo su forma actual, por ejemplo, La
Tamarida por Atamaría, el Vedal por El
Beal, Castil Tiñós a Cabo Tiñoso, la Plajola a la Parajola, Altadona a Altaona,
Trafaxuar a Trapajugar, la Fuente (d)el Álamo a Fuente Álamo, la Boca (de) la
Rambla > Boca Rambla, los Alumbres Nuevos a Alumbres, la Torre del Albuxón a
el Albujón, etc.
Dicho
todo lo anterior, y centrándonos en La Azohía, comenzaremos afirmando, sin
dudar y sin temor a equivocarnos, que el origen del topónimo Azohía proviene
del árabe.
La profesora de la Universidad de Murcia,
Consuelo Hernández, hace una transcripción de la palabra “original” Al-Zawiya.
Esta palabra evoluciona fonéticamente
dentro del árabe pasando el artículo “Al” a asimilarse como la consonante
“Záy”, esta consonante pasa posteriormente a “Z” o “Ç”; el grupo vocálico “aw”
se pronuncia “o”, y el “ya”, como una simple vocal, mantiene su pronunciación en
lengua romance del mismo modo.
Es decir, pronunciando Al-Zawiya tal y
como sonaba en árabe, tendríamos en una sola palabra, “azawia”, y de ahí
“azoia”. La -H- intercalada que aparece es de incorporación posterior y debida
tal vez a ultracorrección o pseudocultismo.
(continuará)
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