sábado, 31 de julio de 2021

ECO.61 Bello Rincón y su atracción

Bello Rincón y su atracción, por A.F.García

Nuestro Bello Rincón está más lleno que nunca: llenas las casas, llenas las calles de vehículos, lleno el paseo de transeúntes, llenas las playas de sombrillas, llenos los chiringuitos y restaurantes. Yo creo que éstos sólo se llenan los fines de semana. Yo diría que debajo de cada sombrilla hay una bolsa nevera, que, en la mayoría de los casos, no solo contiene bebida fresca. Eso es un grato recuerdo para muchos ancianos como yo.

Aunque, ahora, después de disfrutar muchos años de pasarme el día entero cerca del agua, nuestra piel, nuestro cuerpo entero han dicho “¡basta!”. 

Por otra parte, no podemos olvidar que llevamos una docena de años de permanente crisis, sobre todo para los asalariados, sobre los que ha pesado el paro o el empleo precario.

No todos los restaurantes de la zona abren a diario. Acaso, después de largos periodos de cierre, en 2020 y 2021, han optado por asegurar los fines de semana con menús a la carta hasta ver cómo transcurre la temporada

Desde luego, la vertiginosa quinta ola, ha sembrado la inseguridad, cuando no el pánico, en el sector de la hostelería. Ayer he podido comprobar cómo después de las doce de la noche el coche patrulla de la policía local recorría la zona al tanto de alguna posible fiesta.

Deseo recordar algo, una vez más: lo mismo que cuidamos de nuestro cuerpo, no menos debemos cuidar de nuestra mente. En los actuales JJOO nos lo han hecho recordar Simone Biles y algunos atletas más. 

En nuestro local, antigua capilla de San Ginés, disponemos de más de cinco mil valiosos libros para leer allí o prestar. Aparte de eso, disponemos de juegos de ajedrez, damas, trivial, películas y videos culturales, que pronto proyectaremos. También parchís y baraja española.


Tú, visitante, quien seas

y que sufres de ansiedad

acércate al litoral,

ven a nadar y nadar,

al restaurante y al bar

sólo a hora de yantar.

No permitas que tu mal

derive a agresividad.

Ven a nadar y nadar.

Si te llegas a cansar,

vuélvete de espalda al mar,

extiende tus cuatro miembros

y mirando al claro cielo,

deja tu cuerpo flotar,

mecer de plácidas aguas

y en un respirar profundo

sueña en el más bello mundo,

que en el fondo de tu alma

has podido imaginar.

Ven a nadar y nadar,

pasear y pasear,

si lo anterior no pensaras.


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