Esperanza, por A.F.García
Hemos atravesado tres terribles olas de la pandemia coronavirus. Pienso que cada una ha tenido una propagación mayor que la anterior. Si ha habido menor proporción de defunciones, lo atribuyo a una mejor dotación en la atención sanitaria, aunque siguiera siendo insuficiente.
Se cumple en estas fechas el año de pandemia sobre nosotros. Eso ha generado hartazgo y ansiedad por ver un final, solo alcanzable cuando la inmensa mayoría estemos vacunados.
Yo he recibido la llamada el martes, 23 de febrero, para ser vacunado en primera dosis el jueves, día 25.
Recibí la llamada con ilusión y acudí a la cita. Fui atendido sin espera a paso fluido. Considero que el servicio estaba muy bien organizado.
He podido seguir mi vida normal, sin secuelas. Miro al futuro con esperanza. Pienso que después de la segunda dosis, el 25 de marzo, estaré más seguro. Veo un nuevo horizonte y unos nuevos proyectos a realizar después de Semana Santa. Ésta deseo vivirla lo más cristianamente, sin más vida social que la familiar.
Estoy convencido de que vacunados renacemos con nuevas ilusiones y proyectos. Honremos la memoria de los más de 70 mil fallecidos en España y más de 2,5 millones en el mundo. Demos gracias al Creador de estar aún entre los vivos y hagamos buen uso de la vida que tenemos por delante. Amemos la vida y cuidémosla; amemos los seres vivos, personas, animales y plantas y cuidémoslos; amemos la naturaleza y no la destruyamos. Amemos al Creador que lo ha creado todo y a nosotros, como sus usufructuarios y cuidadores, no como sus dilapidadores.
Tened ánimo, amigos; en cuestión de meses podremos hacer lo que hacíamos en 2019, incluso superarlo con nueva esperanza e ilusión, pero sin prisa. Cuando uno tiene un peligro delante, y el coronavirus lo es en extremo e invisible, no vale ser valiente, sino precavido. Ser prudente, observar y saber adaptarse es el recurso de la supervivencia, como el que quiere entrar al agua y mete primero un pie.
Pienso que el gran error de esta
tercera ola, aparte de los botellones y las fiestas ilegales en locales
cerrados, han sido las aglomeraciones en las calles y los grandes almacenes a
primeros de año. De ello se debe aprender. Nosotros, los vacunados ya, no nos
metamos en las aglomeraciones de Semana Santa. Podemos ser un peligro para los
no vacunados y para nosotros mismos. Empecemos después a incorporarnos y
adaptarnos gradualmente.
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