Cuídate, por A.F.García
Hombre racional que eres, si cuidas tu alma, tu espíritu..., te cuidas a ti mismo. Si eres consciente de que en tu persona hay dos componentes, alma y cuerpo, espíritu y materia… debes hacer que tu parte espiritual dirija o domine tu parte material.
Hace pocos minutos estaba en la azotea de casa. Había contemplado la puesta de sol. Mi vista alcanzaba no menos de cien kms. ¿Qué bella es la naturaleza? ¿Qué bella es la creación? He pensado y sentido el gozo de contemplar eso día tras día, al amanecer y al oscurecer. Acaso sea más cómodo contemplar el oscurecer. Desde lo más dentro de uno mismo uno desea poder seguir disfrutando de esa contemplación muchos años.
Así generas el deseo de vivir. Y los generas también cuando haces proyectos. Nunca renuncies a hacer proyectos y menos pensar que lo tuyo ha terminado. Renunciar a hacer proyectos es como renunciar a vivir. No importa la edad ni la disminución de tu potencial psíquico o físico ni que muchos de tus proyectos no lleguen a final. Si eso ocurre, no debes desanimarte; siempre debe haber un proyecto alternativo.
Debo decir que no poseo ningún tipo de graduación sanitaria. Antes bien, debo decir que vivo gracias a la medicina. Sin ella probablemente ni siquiera hubiera llegado a ser adulto. Dicho esto, he observado mucho en mí y en mi entorno; y si tengo curiosidad por la historia, la arqueología y otras áreas culturales, cuanto más por aquello que atañe a mi salud.
Por eso, como cualquier persona, me permito opinar. Como tal puedo decir, convencido, que toda persona, en estado mental normal, en muchas situaciones, cuyo porcentaje no me atrevo a calibrar, puede intuir, incluso atajar, un peligro en su salud. Si, además, se maneja bien en las redes sociales, mejor aún; pero, advierto, tenga cuidado y criterio; no todo vale.
El criterio se adquiere escuchando y leyendo a personas que lo tengan. Después de unos 14 años, compartiendo lecturas, criterios y opiniones fundadas, uno ha aprendido y madurado. Yo animo a leer libros o textos en directo o por las redes sociales. Yo prefiero lo primero; pero también hago uso de lo segundo. Algunos, a los que admiro, leen los libros en pantalla, donde pueden agrandar la letra. Como grupo también hemos adquirido el hábito de seleccionar autores y culturas. Es el único modo de hacerse una modesta idea de las distintas culturas. El tiempo no nos sobra a nadie y no podemos leer cualquier cosa, simplemente porque ha llegado a nuestras manos
En esto viene bien la autoridad de un lector insaciable, Sánchez Dragó, con miles de libros leídos, recomienda saber seleccionar.
He sabido de alguien capaz de leer en una noche el libro para el que necesito un mes. Tengo mis limitaciones; pero tampoco me satisface leer un libro si no soy capaz de entender de qué va. Es mi objetivo principal: enriquecer mi mente, mi espíritu.
Repito hasta la saciedad si
cultivas tu mente, tu espíritu... serás también más capaz de cuidar tu cuerpo.
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