lunes, 23 de diciembre de 2019

EL ECO DE LA TORRE nº 51

EL ECO DE LA TORRE



A.R.D.C. Torre de Santa Elena


Boletín Informativo número 51

Noviembre - Diciembre 2019
             Puedes ver los títulos de los artículos en el Índice de los artículos del año 2019

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ECO.51 Demasiado


DEMASIADO, por A.F.García

Demasiado todo de principio a fin. Una guerra sin sentido, demasiado larga, demasiado cruel, con demasiadas muertes. Adornada después de cruzada, engrandecida como una salvación ¿de quién, de qué?

Finalizada la Guerra, una Dictadura vitalicia, demasiado dura, con un control absoluto sobre la vida en todos sus aspectos y una implacable persecución del adversario, donde ser simplemente contrario al Régimen y defensor de las libertades constituía el peor de los delitos, superior a cualquier delito común. Durante esos 40 años ha habido “más sombras que luces, más lloros que regocijos”, en palabras de Ángel Viñas.

No encuentro justificado ese forcejeo legal mediático y casi físico en quienes hacen ostentación de cristianos por una persona, por singular que sea, frente a miles de víctimas que yacen en el mismo lugar, sin nombre la mayoría, para quienes no se quiere reconocer el derecho de sus familiares a ser identificados y se les acusa, por ello, de odio y rencor, cuando deben saber que la muerte iguala a los hombres ante el Creador y Juez Supremo, que juzga muy distinto a nuestros mezquinos criterios.

Al final, ese traslado de los restos de Franco se quedó a medias entre lo privado que planteaba el Gobierno y lo público que deseaba la familia. El pequeño acto de exaltación, con la ovación a Tejero, evidencia la coincidencia entre los herederos de quienes se alzaron contra el Gobierno democrático de la II República y quien al mando de una pequeña tropa armada entró en el Congreso de los Diputados aquel 23-F de 1981, disparando su arma en un intento de acabar con nuestra joven democracia. No ocultan su menosprecio por las instituciones democráticas y por quienes las defienden.  Nos causa sincera tristeza. Demasiada pompa para alguien asociado a un periodo oscuro y triste de nuestra Historia, emulando la expresión de Ángel Viñas.

Reflexionando, una vez más, uno se sorprende con tristeza lo fácil y efectivo que resulta dar la vuelta a aquello que debiera ser sólido, según la expresión de Muñoz Molina, para hacer que parezca lo contrario. Esto es aplicable también al mensaje del independentismo catalán sobre el que hablaremos en otras páginas.

ECO.51 Educación cívica. El egoismo en la conducción


EDUCACIÓN CÍVICA. EL EGOÍSMO EN LA CONDUCCIÓN, por A.F.García

El egoísmo está extendido a muchas facetas de la vida humana, más intenso en la persona de mediana edad que en la anciana o la joven, y me atrevería a decir más abundante en el varón que en la mujer. Ese egoísmo, a veces no pasa de la excesiva búsqueda de la comodidad, que se traduce en egoísmo en el sentido de que el excesivo deseo de comodidad se traduce en incomodidad para los demás.

En estos renglones hablaremos del egoísmo de los conductores; en otra ocasión trataremos el de los peatones, que no es menor.  Pere Navarro, actual Director General de Tráfico, desempeñó esta misma labor varios años, siendo Rodríguez Zapatero Presidente del Gobierno, y hay que decir en su honor que en su periodo se redujeron los accidentes a menos de la mitad. Me quedó en la memoria su expresión del “conductor egoísta”

Un hábito egoísta del conductor y muy fácil de corregir es el uso del intermitente, como indicador de la dirección a seguir. En distancias cortas su uso no supera el 50% de los casos. Eso ralentiza la circulación, llegando a ser lenta y acarrear retenciones innecesarias o evitables. 

El aplicar el intermitente puede ser como un acto reflejo, tan espontáneo y natural como llevar la mano a una parte del cuerpo que te pica, cambiar el pie derecho del acelerador al freno ante un peligro… No es más que proponérselo, no requiere ningún esfuerzo añadido, solo asumirlo como hábito siempre que se desvíe o arrime el coche.

Siempre y en todo caso el uso del intermitente contribuye a la fluidez del tráfico y sobre todo a su seguridad, especialmente en cruces y giros hacia la izquierda. En el cruce de La Azohía, tanto si se viene de Cartagena como de Isla Plana, la aplicación del intermitente puede ahorrarle al que sale de La Azohía cerca de 1 minuto.

Algunos muy conscientes, que piensan en los demás, teniendo que girar a la izquierda y no pudiendo porque alguien viene de frente, se pegan a la mediana con lo que los que llegan detrás, pueden sortearlo despacio por la derecha y seguir. 

Lo contrario ocurre en las poblaciones, entre poblaciones incluso, de carreteras secundarias cuando el conductor hace lo del carro o carretillo, es decir, sale a la carretera sin hacer stop ni ceda el paso, sigue despacio y, sin dar intermitente en ningún momento, desvía unas decenas de metros más adelante. En las poblaciones del entorno es demasiado frecuente.

Parece que la inmensa mayoría no sabe manejarse en las glorietas o rotondas. No es excusa el que no las hubiera cuando ellos obtuvieron el carnet de conducir. Se aprende sobre la marcha, aparte de que la D.G.T. de manera gráfica nos lo ha estado haciendo saber reiteradamente a través del ordenador de a bordo. Se hace STOP cuando lo que está indicado es un ceda el paso, no se da intermitente de salida… Ambas cosas dan lugar a una circulación lenta, cuando no se dan retenciones o atascos innecesarios. 

Algún conductor va a lo suyo cuando, pudiendo ir a 80 km/hora, va a 40 o 50 km/hora, en la carretera Mazarrón-Puerto de Mazarrón, por ejemplo; o va a 80 en autovía por la izquierda, porque, casualmente, no hay límite mínimo de velocidad; ese andar a lo suyo se da entre algunos camioneros cuando se apresuran para echarse a la izquierda y circulan en paralelo algunos kilómetros. No hace muchos días entre Puerto Lumbreras y Totana encontré varios casos.

Parece un invento murciano para la autovía en las noches atribuirse preferencia absoluta y circular por la izquierda con la larga ¿abriéndose paso?

Hasta se da el caso que calificamos de mal intencionado, de aquel que, circulando lento de por sí, en carreteras de difícil adelantamiento, acelera con fuerza cuando alguien intenta adelantarle en los pocos espacios en que pudiera hacerlo.

El conductor manifiesta otra faceta egoísta a la hora de aparcar. Alguien decía que quisieran meter el coche en el bar si pudieran. Yo añadiría el estanco, la tienda, el colegio… En los entornos de los colegios se forman grandes aglomeraciones a la hora de entradas y salidas que no he visto en otras regiones con clima peor. Acaso al escolar y a quien lo recoge les viniera bien estirar las piernas.

Otra cosa es que aparquemos de cualquier manera, copando dos o tres espacios; y por no emplear unos segundos más, hacemos que otras personas empleen varios minutos buscando aparcamiento. Aquí entra la ambición de copar espacios, precisamente en lugares cercanos a la playa en verano. Algún residente sitúa, junto a su casa, su coche o coches, su embarcación y el remolque de ésta uno tras otro. 

La mayoría muestra poca soltura y seguridad al volante, tal vez de poca práctica. En cambio, también la mayoría opta por la prudencia y un admirable grado de tolerancia hacia la manera de conducir de otros. En general, en todos los aspectos que uno ha censurado hay una evidente evolución positiva, hacia mejor. Hay que reconocerlo y animar a que siga.

ECO.51 ¿Qué me dices de la Hepatitis A?


¿QUÉ ME DICES DE LA HEPATITIS A?, por F. Ramos, médico

En el número anterior de este modesto boletín hablábamos de la listeriosis con el título “Otra intoxicación alimentaria”, haciendo alusión al brote producido por esta enfermedad en Andalucía, que, como hemos visto después, ha traspasado sus fronteras y ha producido casos en varias comunidades autónomas, bien por la comercialización de los productos en todo el territorio del estado español o por el desplazamiento de comensales a esa circunscripción territorial. Este título no era premonitorio de lo que nos ha sucedido esta última semana, primera semana de noviembre, en Cartagena, ha sido pura casualidad. Me refiero al brote de hepatitis A que se ha producido en un concurrido y populoso restaurante de esta ciudad, que en el momento de escribir estas notas los afectados  ascienden a 30 y posiblemente aparezcan casos nuevos. Igualmente, en el boletín nº 22 de esta revista hablábamos de la hepatitis A, de las características de la enfermedad y de las medidas preventivas para evitar su padecimiento (Anexo I). De aquel artículo me gustaría destacar que hacíamos énfasis en que es una enfermedad de los países de bajo desarrollo socioeconómico, dado que las infraestructuras de abastecimiento de aguas de consumo y depuración de aguas residuales eran deficitarias y la trazabilidad de los alimentos no estaba desarrollada. Así como insistíamos en que las medidas de higiene personal y la vacunación en personas que van a viajar a países endémicos de esta enfermedad eran las medidas más eficaces para prevenirla, y resaltábamos las estrategias que la administración sanitaria había puesto en marcha para su prevención y control. Nada de lo que se dijo es mentira; todo está de vigente actualidad y hay que seguir insistiendo en ello…, como dato deciros que hasta la fecha del brote, en todo el territorio del estado español se habían producido 816 casos de hepatitis A durante el año 2019.

La pregunta es ¿qué es lo que ha ocurrido para que esto suceda

Como conocemos todos, el conflicto se inicia porque un cocinero que estaba infectado por la hepatitis A, que era un portador sano, o sea, estaba infectado y no padecía la enfermedad, realiza, en su actividad laboral, manipulación de los alimentos sin tener adecuadas prácticas higiénicas en dicha manipulación, ”lavado de manos, fundamentalmente después de ir al aseo”.

¿Esto se hubiera podido evitar? Por supuesto que sí, como todos imagináis. 

Yo doy por supuesto que esta persona cumplía el requisito de poseer su carnet de manipulador de alimentos que le habilita para trabajar en hostelería. ¿Pero sabéis cómo se puede obtener este carnet?. Es muy fácil; se puede obtener por cursos organizados por colegios profesionales, empresas, asociaciones de vecinos, etc. y también vía on-line. 

Desde mi modesta opinión, el problema está en la formación de prácticas higiénicas de los  manipuladores de alimentos. Creo que hay que revisar los criterios de acreditación de empresas para la realización de estos cursos, que tendrían que ser más extensos y periódicos; y, sobre todo, suprimir los cursos on-line, tan de moda en nuestra sociedad, porque una región que vive volcada al turismo debe de ser exquisita en su servicio de hostelería, por respeto y seguridad de los residentes y visitantes.

ANEXO I (extracto de lo publicado en el nº 22)

La hepatitis A es una enfermedad infecciosa causada por un virus que se transmite fácilmente al beber o comer alimentos contaminados y por el contacto con una persona infectada.

Manifestaciones
La mayoría de las veces la enfermedad es asintomática pasando desapercibida, especialmente en los niños. A mayor edad más sintomatología y gravedad. Cuando se manifiesta suele aparecer malestar general, fiebre, náuseas, vómitos, diarreas, dolores de barriga, coloración amarillenta de la piel y conjuntivas, orina oscura y heces blanquecinas. La enfermedad puede durar varios meses y sus complicaciones pueden ser muy graves. Aunque en los niños es más leve que en los adultos, suele durar más y la pueden trasmitir con mayor facilidad a las personas próximas.

¿Cómo se transmite?
La transmisión es fundamentalmente por vía fecal-oral, a través de aguas no tratadas o alimentos contaminados por el uso para su riego de aguas fecales o manipulación de alimentos sin las debidas prácticas higiénicas de una persona infectada. Aunque se pueden trasmitir también a través de prácticas sexuales o contacto directo con personas infectadas.

¿Cómo se previene?
Para evitar la infección en las personas que viajan a países endémicos:
Tener una higiene adecuada, con lavado de manos frecuente, sobre todo, antes de comer y después de ir al aseo.
No consumir alimentos sin control sanitario.
Beber agua embotellada.
Evitar consumir comidas o bebidas de venta ambulante.
No consumir cubitos de hielo caseros.
Administrarse la vacuna de la Hepatitis A, que es muy eficaz y segura.

En nuestra Región está indicada la vacunación para:

  • Los niños inmigrantes o hijos de inmigrantes entre 1 y 10 años que van a viajar a su país de origen (Latinoamérica, África o Asia).
  • Hijos de padres o madres magrebíes al cumplir el año de edad.
  • Los viajeros internacionales que viajan a países africanos, asiáticos y latinoamericanos y cuya estancia va ser prolongada.
  • Varones que practican sexo con varones.
  • Personas que se inyectan drogas.
  • Hemofílicos.
  • Personas que tienen contacto directo con enfermos de Hepatitis A.
  • Personas que tengan hepatopatías crónicas (cirrosis, insuficiencia hepática, etc.).
  • Trabajadores de depuradoras o que tengan contacto con aguas residuales.