El Supermercado de La Azohía (SPAR), por A.F.García
Me fue muy grato hablar con “SALVA”, Salvador García Martínez. Empiezo por pedirle que me haga una breve crónica con las fechas clave
La tienda de León, como tienda de La Azohía empezó en 1973, donde está hoy el restaurante de su hermano.
En verano de 1989 abren el nuevo local donde antes tenían una cochera. En junio de 2007 sus padres les transfieren la máxima responsabilidad del local, aunque ellos siguieron trabajando allí durante algunos años.
La antigua tienda de León funciona dentro de
la cooperativa UPPER y a nivel de una red más amplia con el logotipo SPAR.
Su meta es atender mejor cada día las necesidades de la gente: frutas, verduras, carnes, congelados, ultramarinos, complementos….
Fuera del verano mantiene sólo dos empleados y con ellos y él mismo es suficiente, porque hay algún día en que se pregunta si vale la pena abrir y gastar energía. Sin embargo reconoce que durante el confinamiento le fue bien, pues no pocas familias, procedentes de núcleos urbanos, se establecieron en su casa de La Azohía. Reconoce que también le vienen bien los residentes de ese centenar de autocaravanas que se instalan anualmente en ese gran espacio cercano. Sobre eso se pregunta, como muchos más, por qué no se transforma en un decente espacio de acampada con su protección, servicios adecuados y un coste razonable.
Nuestro vecino Salva se siente orgulloso de sus mayores y eso le honra mucho como todos aquellos de su generación que reconocen en sus padres y abuelos que sufrieron la guerra, el duro periodo de posguerra y realizaron esfuerzos heroicos para que sus hijos y nietos tuvieran una vida mejor. Me permito calificarlos de héroes del pueblo, de la gente de a pie.
Su abuelo era albañil y leía mucho, tenía su cultura; pero era considerado rojo por el Régimen y encarcelado. Enfermo de cáncer, le llevó la familia a Madrid, gastó ésta sus ahorros y algo más sin llegar a salvarlo.
Falleció cuando su padre, León
sólo tenía 11 años. Empezó a trabajar de peón de albañil. Cuando tenía 16 años
alguien puso en sus manos diez mil pesetas, una pequeña fortuna entonces, que
empleó de la mejor manera, empezando por comprar un burro y hacer de recovero
por toda la zona, desde La Azohía hasta Tallante, lo que le permitió construir
una casa para su madre viuda. La segunda parte de su vida la conocemos quienes
vivimos aquí. León, un ejemplo.
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