¿QUÉ CELEBRAMOS?, por A.F.García
En Navidad y Año Nuevo ¿Qué celebramos? ¿Nos lo hemos
preguntado alguna vez? Son tradiciones de muchos siglos. En Navidad se celebra
la venida de Cristo al mundo. Al hilo de ello, la casi totalidad de las
personas, creyentes y no creyentes, han celebrado siempre un encuentro
familiar. Todos, generalmente, guardamos gratos recuerdos de esos encuentros.
Este año se ha puesto difícil, aunque las
administraciones han adoptado una razonable flexibilidad. Gracias a ella,
espero contar con la compañía de mi hijo y su pareja. Y para quienes no hayan
entendido lo que es un “allegado”, en expresión de nuestro
ministro Illa, puedo decir que yo he sido uno de ellos la mayoría de esos 23
años que llevo viviendo solo. Una familia, de la que yo no formaba parte y con
la que tenía relación amistosa, me invitaba en esa ocasión y no tenía por qué
ser la misma otro año.
La mayoría de las personas no lo tenemos fácil; pero
hacemos un esfuerzo de adaptación. La adaptación es el recurso de la
supervivencia. No es necesariamente menos feliz quien solo puede disponer de 400€
que el que puede disponer de 4000€, porque nuestra actitud ante el dinero y
ante la vida es más importante que el bien material.
Lo que realmente me angustia es la cantidad de
personas que no tienen siquiera esos 400€; no tienen nada. Y son muchos; millones de
personas. Y no me importa si son españolas o no; son personas y como personas
tienen derecho a un techo y un medio de subsistencia. Es un derecho
constitucional. No busco un culpable, un responsable; lo somos todos de una u
otra manera.
El cambio de año, 20-21, es general en el mundo, por
lo que su celebración es más universal que la Navidad, siendo la pirotecnia su
muestra más genérica.
Con la misma emoción que la Canciller alemana, pero
sin su autoridad, hago un llamamiento a jóvenes de ambos sexos y no tan
jóvenes, que sigan, con seriedad y responsabilidad, las normas emanadas del
Ministerio de sanidad y las demás autoridades. Que piensen en su futuro y en el
de las demás personas.
Es demasiado grave lo que está ocurriendo. Ustedes no
pueden estar jugando con su salud y su vida y las de los demás. Los sanitarios
no pueden arriesgar su vida mientras usted la dilapida tan alegremente. Ustedes
deben sentirse responsables y culpables de que por atenderles a ustedes dejen
de atender a otras personas enfermas que terminan muriendo sin la debida
atención.
¡Por favor, por una vez, reflexionen y sean
responsables!
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