EL BABLE, por A.F.García
Permítanme que dedique unos párrafos, acaso
una página, a la lengua en que he empezado hablar a orillas del Narcea. Según
estudio de Menéndez Pidal, nuestro mayor filólogo, el bable que se hablaba en
esta zona entre los ríos Narcea y Navia es de lo más antiguo de la Romania, (junto con el Corso), en lenguas romances.
Los primeros pobladores de Asturias, o las
asturias, debieron ser pre-indoeuropeos, a los que se añadirían los celtas, ya
en el primer milenio a.C. se están descubriendo muchos restos arqueológicos,
sobre todo de estos últimos; pero no hay escritura, por lo que resulta muy
difícil o imposible conocer su lenguaje.
Se
hablaba, no se escribía y no han quedado documentos escritos, una lengua pre-indoeuropea
con aportaciones celtas.
Hasta la llegada de los Romanos S. I a.C. no
hubo escritura. En el resto de la península esa ocupación fue a finales del S.
III a. C.
Lo que llegó a Asturias fue un latín vulgar
tardío que incorporó algunos vocablos y sonidos fonéticos del substrato local
que han perdurado hasta el siglo XX.
En la toponimia se descubren, aparecen restos
y denominación de origen celta. En Noega, castro cercano a Gijón, que dio lugar
a esta ciudad, aparece ocupado por un grupo celta que se autodenominaba “cilúrnigos”
(caldereros).
Algunos autores romanos como Estrabón, Floro
y Plinio el Viejo dejan alguna referencia de los astures. Entre ellas parece
que los definen como sociedad matriarcal. Eso también se atribuye a los vascos.
De una manera más evidente se está descubriendo en La Bastida, Poblado de gran
interés arqueológico cercano a Totana.
El Bable, como las demás lenguas romances
en la península, derivan paulatinamente del latín vulgar tardío. El primer
documento de esta evolución encontrado es del siglo VIII, en Villayón, y se
trata de un conjuro contra los “nuberos”, personajes malignos de la mitología asturiana.
A partir de aquí el Bable avanza con el reino
de León hasta Extremadura y Andalucía Occidental.
En el siglo XII aparece el Fuero de Avilés
como primer documento legal en Bable. Hasta entonces los documentos se habían
hecho en latín. De esta época es el libro del “Fueru Xulgu” (“Fuero
Juzgo”) traducción al bable del antiguo código legal del reino visigodo.
En el monasterio de San Vicente se han guardado
muchos de los textos de este periodo. Es el periodo de la actuación de los
juglares, en gran cantidad, especialmente en los reinos de León y Castilla, pero
en esta época aún no dejaban nombre, tema muy estudiado por Menéndez Pidal.
En 1230 el reino de León se une al de Castilla en la persona de Fernando III. Así pierde su independencia y su hegemonía. La lengua de los documentos oficiales y de la Corte será el Castellano. Alfonso X le dará el impulso definitivo hacia su consolidación como lengua.
El centralismo castellano en lo político y
lingüístico parece hacer desaparecer el asturleonés. Los siglos XIV, XV y XVI
son calificados como los “siglos escuros” de esta lengua.
Sin embargo, a principios del XVII, aparece Antón de Marirreguera, (1600-1662), que empieza a escribir en Bable temas cultos:
“Pleitu ente Uviéu y Mérida”, poesía religiosa.
“Dido y Eneas” y “Píramo y Tisbe”, de mitología grecolatina
“L’Alcalde”, obra de teatro en que se ridiculiza a un personaje que habla castellano para presumir de clase social.
Luis Alfonso de Carballo, historiador de Cangas de Narcea nos muestra la identidad histórica de los asturianos.
El siglo XVIII en Asturias lleva la Ilustración a su más alto nivel con tres grandes ilustrados y polígrafos: Benito Jerónimo Feijó, el Marqués de Campomanes, Jovellanos y su hermana Josefa Jovellanos, primera mujer escritora del Principado.
Jovellanos dio un firme apoyo e impulso al
bable. Propone la creación de una Academia de la Llingua, que se aplaza. Sin embargo,
en 1788 sale el primer diccionario
antológico y en 1839 la Colección de
poesías en dialecto asturiano de José
Caveda y Nava.
En 1869 la Primera Gramática de Junquera Huergo, aunque no llegó a
publicarse hasta 1991. En 1907 Caitán Alvarez Bardón publica Cuentos en Dialecto
Leonés, muy vinculado a Asturias.
En el siglo XX, paralelo al del estado, triunfa el sainete en el género
chico con Teatru Rexonal Asturiano y de
la Naturaleza. Este teatro
costumbrista, melodramático, diglósico tiene gran éxito en esta época entre el
público. Su principal autor es Emilio Robles Muñiz (Pachín de Melas, 1877-1938).
En 1923 Fiesta de la Poesía Asturiana, en un intento de
Juegos Florales.
Durante la
Dictadura no se veía Bable escrito. Lo hablábamos, pero éramos tenidos por
aldeanos ignorantes. Una sola lengua, una sola autoridad, una sola idea
política, una sola religión…
Consolidada la
democracia, con gobierno regional en Asturias y con su apoyo se crea una Academia de la Lingua y empieza a
enseñarse en los centros escolares como asignatura optativa. Creo que así
deberá ser: no imponer. De todas formas, con el acceso generalizado a la radio
y la televisión no lo tiene fácil como lengua de masas.
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