LAS FOTOS (I), por "Sienso"
Por diferentes circunstancias y
avatares de la vida, a lo largo del tiempo, y con varias décadas de diferencia
entre algunas de ellas, fueron siguiendo su peregrinación particular utilizando
diferentes formas y medios.
En este tiempo a veces escaso y
otras más largo o incluso larguísimo, embaladas en cajas de cartón las que
estaban enmarcadas, habían sido expuestas sobre algún mueble o colgadas en
alguna pared de alguna estancia de alguna casa dependiendo a quien representaba;
otras metidas en una de las típicas cajas metálicas de galletas o directamente
en la cartera del novio, esposo o simplemente del padre. Había pasado el
tiempo; meses, años, décadas e incluso espacios de tiempo superiores, cada una
en su sitio esperando que el azar se dignara a hacerlas visibles.
Como no hay mal que cien años
dure, llegó el momento y después de varias semanas de finalizar la última
mudanza, una mañana les llegó la hora. Llegó el momento de abrir la gran caja
metálica y empezando por las más pequeñas, primero en ojeada rápida y después
más detenidamente, una a una fueron observadas detenidamente y sin prisa y
clasificadas según criterios como la época a que pertenecían, personas que
aparecían u otras características.
Finalmente se fueron agrupando
por la época en las que fueron hechas, desde las más antiguas hasta las más
modernas.
Pero llegó el momento en que se detuvo el paso
del tiempo y dejaron de aparecer imágenes nuevas. Claramente el parón se debió
a la aparición de los teléfonos móviles con cámara; a partir de ese momento se
hacían muchísimas fotos, cada vez más, pero, casi de repente, dejaron de
imprimirse y, como no, cambió el lugar donde guardarse. Ahora pasaban a estar
en la galería y, muy pronto, apareció la palabra "nube", aquel
sinónimo que, sobre todo los más mayores, no podíamos dejar de asociar con
aquel fenómeno atmosférico que solía ir acompañado de lluvia y, algunas veces,
con relámpagos y truenos. Nos costaba creer que aquellas fotos hechas en algún
viaje, paseo o en una sencilla reunión, habían cambiado la galería y, muchísimo
antes, la antigua caja de chocolate por un espacio supuestamente sideral. Pero,
como ocurre con todo, ese nuevo concepto fue aceptándose hasta por las mentes más
cerradas y hoy todos, o casi todos, saben aliviar la tan usada
"galería" y buscar un huequecito en el supuestamente tremendo e infinito
espacio que nunca se agota, aunque nunca se sabe, porque todo tiene fin y al
ritmo de... 4 fotos y 150 más, todo puede pasar. ¡¡¡Qué barbaridad!!!
(continuará)
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