Propuesta de un Humanismo Axiológico (VIII), por Eladio Chávarri, filósofo [1952-2002] en estudio y comentario de Baldomero López Carrera, filósofo.
Después de este importante
paréntesis sobre los contravalores, volvemos sobre las ocho clases de valores y
de contravalores.
Cada una de las ocho clases de valores y de contravalores contiene un tipo específico de pares valorativos afines.
En cada clase de valores y
contravalores distinguimos tres o más niveles: el más universal es el de las dimensiones valorativas: comprende
todos los valores y contravalores de esa clase. Por eso, podemos hablar indistintamente de clases de valores o de dimensiones
valorativas. Cada dimensión valorativa se divide a su vez en variaciones valorativas. En el último
nivel están los valores y los contravalores
concretos.
VEMOS QUE CADA CLASE O DIMENSIÓN VALORATIVA COMPRENDE UN INGENTE NÚMERO DE VALORES Y DE CONTRAVALORES.
Seguimos. Hay un axioma que es
fundamental en toda la consideración de los valores y de los contravalores: el axioma protector de la diversidad.
Aparecerá muchas veces y es muy importante tenerlo en cuenta.
En primer lugar, cada una de las dimensiones valorativas, sus variaciones y sus valores y contravalores concretos son irreductibles a los de las otras dimensiones valorativas: ser buena persona no es lo mismo que ser muy listo o que jugar bien al balón. Muchos padres, por ejemplo, piden al profesor que apruebe a sus hijos alegando que son muy buenos niños. En segundo lugar, son insustituibles por los de las demás dimensiones valorativas. Por ejemplo, el dinero no puede ser sustituido por la amistad, por el conocimiento o por la oración. En tercer lugar, el desarrollo de cada par valorativo ha de llevarse a cabo en su específico y apropiado ámbito. El juego del fútbol, por ejemplo, no se aprende ni se desarrolla en un hospital, en una biblioteca o en circuito de carreras de motos.
(continuará)
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