Cuida a tus mayores, cuídate tú y déjate cuidar, por A.F.García
Cuidémonos todos; unos a otros; y
cada uno a sí mismo. Todos lo necesitamos. Empecemos por nuestros mayores:
aplicar diligencia, dedicación… y hacer que se sientan cuidados. Si lo hacemos adecuadamente
puede ser que amen la vida y no deseen irse a la otra con sus seres queridos.
Ahora bien, qué significa para un
mayor cuidarse. Sobre esto hay ideas muy dispares. Más de uno de mi entorno
cercano ha pensado que cuidarse, vivir bien, a pierna suelta... es no hacer
nada, hasta ha tratado de convencerme a mí, sin conseguirlo. "Ya
trabajé bastante”, “ya he conducido demasiado”, “ya he leído
demasiado”… Por favor, amigos, quítense eso de la cabeza y ni por asomo
enfoquen la vida así. Con esa idea se me han ido amigos, que eran más fuertes y
tenían más salud que yo.
Estoy lleno alergias crónicas que
van a más y me hacen parecer un bicho raro en mi esfuerzo por controlarlas. Así
era ya con 60 años y pedí la jubilación ejerciendo en el IES Emilio Alarcos de
Gijón. Era el profesor con más horas docentes además de llevar la segunda
biblioteca del centro. En la última reunión de claustro dije a los más de 70
compañeros: “Estoy a gusto en el centro y en mi trabajo; pero me voy porque
he aparcado muchas metas en la vida y temo no tener tiempo de realizar algunas”.
La verdad es que siempre me he visto falto de tiempo en la vida para hacer lo
que deseaba y sigo así. Acaso me dejen las tareas a mí.
Por favor, amigo, descansarás
mejor variando de tareas que renunciando a todas. Nunca digas ni pienses que
has hecho todo lo que tenías que hacer en la vida; puede ser peligroso. Por
favor, piensa: renunciar a hacer planes, tareas… es como renunciar a vivir.
Cuidar tu mente no es menos
importante que cuidar tu cuerpo. Si consigues que tu mente funcione es probable
que ésta ayude a cuidar tu cuerpo. A la inversa, es más difícil.
Si hasta ahora he dicho cómo debe
cuidarse el mayor, ahora diré que se deje cuidar. Muchos de los mayores nos
volvemos repugnantes, caprichosos, ingratos… con la persona o personas que nos
cuidan. Más de una vez he visto a un mayor comer sin control cuando algo le
gusta, incluso sabiendo que ese plato le puede hacer daño. Algunos
seleccionamos unos alimentos beneficiosos o no perjudiciales y los combinamos
lo más posible.
Me apoyo en la autoridad en
nutrición de Francisco Grande Covián (1909-1995), médico e investigador de fama
mundial: “come de todo y de todo poco”, “lo único que no engorda es
lo que queda en el plato”.
Cuida al mayor o mayores que
tienes al lado, hazles sentir que los necesitas por su compañía, ayuda y
consejo. Hazlo de corazón; no pretendas engañar. Los mayores perdemos los
reflejos, pero no la intuición.
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