NUESTRAS LECTURAS: “RETABLO JOVIAL”, por Paco Acosta
Por lo general son situaciones
equívocas, de fácil comprensión por los espectadores, y que bien podían haber
sido representadas por los “cómicos ambulantes” que recorrían pueblos y aldeas para
general divertimento a cambio de unas escasas monedas.
Los personajes de estas obras, o
bien son bien conocidos del acerbo popular (Sancho Panza), o reflejan
actuaciones de los Corregidores (la siempre “temida justicia”, que dictamina
sentencias arbitrarias), o también puede presentar engaños, equívocos, enredos,
etc., con una incidencia importante en el papel de las “habilidades” para los
personajes femeninos.
En la actualidad poner en
evidente menosprecio estas cualidades de la mujer, haría decir a más de uno que
se trata de obras “machistas”. En cualquier caso lo que no son es “feministas”.
En esos siglos no existían estos conceptos, y las obras únicamente pretenden
provocar la sonrisa a través de una situación de enredo en la que generalmente
los protagonistas no salen bien parados.
Este Retrato Jovial contiene
cinco de estas “funciones cortas”:
“Sancho Panza en la ínsula”,
que constituye una recreación escénica de páginas del Quijote.
“Entremés del Mancebo que casó
con mujer brava”, según el Ejemplo XXXV de El Conde Lucanor.
“Farsa del Cornudo
apaleado”, según la historia LXXVII del Decamerón.
“Fablilla del Secreto bien
guardado”, basada en una tradición popular.
“Farsa y justicia del
Corregidor”, que recoge también una tradición popular.
Por los títulos, podemos
comprender que su propósito es exclusivamente divertir y entretener, y mediante
el humor y la sátira de determinados comportamientos humanos criticar actitudes
de la sociedad. Sobre este armazón, la intención principal de Casona, al
escribirlas, y representarlas, fue poner al pueblo llano, en contacto con los
clásicos.
Es esta misma intención la que se
mantiene en Almagro, dentro del Festival de Teatro Clásico, que se celebra
todos los años, y al que nuestra asociación ha asistido en un par de ocasiones.
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